Cómo los Wadwayers mantienen viva su aldea: "El dinero para el ayuntamiento se recaudó en poco tiempo"

«Si te paras junto al cartel con el nombre del lugar al principio del pueblo, ya verás el cartel al final del pueblo», bromea Ben Wester, residente y experto en Wadway. «Es muy, muy pequeño y eso nunca ha cambiado». El pueblo tiene sólo 300 metros de largo, pero dice que se ha ganado una reputación de independencia a lo largo de los años.

«Hacia 1798, Luis Napoleón proclamó la República Bátava. Los pueblos y ciudades tuvieron entonces que elegir unirse a ella. Pero Wadway no participó, de ahí el apodo de ‘la República'», dice Wester. «Y ese problema todavía existe entre los residentes, pero crea cosas muy hermosas».

Café legendario

Una de esas cosas hermosas es la construcción del salón/vestíbulo del pueblo al lado de la Iglesia del Teatro, donde siempre probaron sus actuaciones grandes artistas como Youp van ‘t Hek y Freek de Jonge. Desde que el legendario café De Vriendschap cerró sus puertas, el corazón del pueblo estuvo en peligro de desaparecer.

«Sólo los Rolling Stones y los Beatles no estuvieron en De Vriendschap», dice con orgullo Sam Broers, presidente del ayuntamiento. «El café era un nombre muy conocido en la región y mucho más allá.» Para Wadway era el lugar de reunión donde se celebraban bodas, se celebraba la feria y donde muchos clubes lo utilizaban. «Teníamos que hacer algo para evitar que Wadway se convirtiera en una vía pública».

alma del pueblo

Y entonces se hizo un plan para construir un salón/vestíbulo junto a la Iglesia del Teatro. «La construcción ya había comenzado y las finanzas aún no estaban completas. Luego se apeló a la población mediante un plan de bonos y el dinero se recaudó en poco tiempo. Muchos clubes aprovechan esto, el alma permanece en el pueblo».

Y uno de los clubes del pueblo es la fundación Volksvermaak Wadway, que existe desde hace casi un siglo. «Por supuesto, lo celebraremos a lo grande», afirma Annemarie Borst-Karsten, de la fundación, que además de la feria también organiza Sinterklaas y el Día del Rey. «El espíritu comunitario es muy fuerte, participan jóvenes y mayores. Si necesitamos algo, hay muchos empresarios que quieren contribuir. Eso hace que nuestro pueblo sea único».



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