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La ocupación israelí de Jerusalén Oriental y Cisjordania, que dura ya 57 años, ha dado lugar a una política de asentamientos que viola el derecho internacional, según ha dictaminado el tribunal más alto de la ONU.
Los asentamientos “se han establecido y se mantienen en violación del derecho internacional”, afirmó el tribunal en su fallo pendiente.
La opinión consultiva que la Corte Internacional de Justicia está emitiendo ante la Asamblea General de las Naciones Unidas aumenta el aislamiento diplomático de Israel.
Pero tendrá poco impacto inmediato dado que el fallo no es vinculante, e Israel ya está ignorando uno de 2004 que declaró ilegal su barrera de separación (que llevó franjas de Cisjordania a territorio israelí).
Israel no se representó plenamente en las audiencias. Su embajador en los Países Bajos, donde se celebraron las audiencias en La Haya, escribió el año pasado que el país se negó a responder a preguntas que “reflejaban una grave injusticia y desequilibrio”.
Israel ocupó Cisjordania, incluida Jerusalén Oriental, después de arrebatarle el control de esos territorios a Jordania en la guerra de 1967. Inmediatamente se anexionó Jerusalén Oriental, una medida rechazada por la comunidad internacional, y desde entonces ha construido docenas de asentamientos en Cisjordania.
La población judía de la zona supera ahora los 700.000 habitantes, que viven en asentamientos amurallados, enclavados dentro y cerca de una población palestina de unos 3 millones.
El tribunal afirmó que el traslado de ciudadanos de Israel a los territorios palestinos ocupados y su apoyo financiero y militar a los asentamientos eran incompatibles con el derecho internacional y las Convenciones de Ginebra.
La opinión consultiva, solicitada por la Asamblea General antes de que comenzara la guerra entre Israel y Hamás el 7 de octubre, es uno de los tres desafíos jurídicos internacionales que enfrenta Israel.
Esta es una historia en desarrollo.