Barbara Ronchi: «Me gustaría una Ducati sólo para mí»


En el cine con «No cuelgues» el volante de un Golf, en realidad la actriz prefiere dos ruedas ya sea moto o scooter

Barbara Ronchi es una de las actrices más populares del momento. Ahora está en el cine con el noir rodado en un coche. no cuelgues. Un largometraje, en el que los protagonistas son dos: Irene (Ronchi), y un Volkswagen Golf un poco anticuado, que la mujer conduce durante una noche convulsa y llena de suspense, mientras intenta localizar a su expareja (Claudio Santamaría) en medio de un gesto loco. En esta entrevista admite que no es una gran aficionada a las cuatro ruedas y mucho menos al aparcamiento. Su relación con las motos, que siempre ha conducido y que prefiere como medio de transporte diario, es muy diferente. ¿El sueño? Una Ducati para circular sola y sin rumbo.

¿Qué tipo de conductor eres en la vida cotidiana?
«Soy terrible en los aparcamientos, pero me gustan los viajes largos en coche. Me siento más cómodo en la autopista».

¿Puedes hablarnos de algún viaje que haya quedado en tu corazón?
«Fue hace doce años en Maddalena con el Panda de mi madre. Fue el primer verano que pasé junto a mi pareja actual (Alessandro Tedeschi, ed)».

A los 18 años, ¿cómo te llevabas al volante?
«Me saqué el carné de conducir muy tarde, a los 24 años. Soy y he sido un amante de los scooters, que son mi medio de transporte favorito».

¿Qué scooters tenías cuando eras adolescente?
«El Honda SH, el Scarabeo y el People, que todavía tengo, pero un 125. Durante años conduje unos cincuenta que me robaron varias veces. Luego los encontré de nuevo. Me robaron el escudo delantero del Scarabeo. Iba a menudo por ahí. con el ciclomotor rojo y el escudo de otro color, porque no se encontró uno del mismo color.»

¿Adónde te gustaba ir?
«También fui a la costa, a Ostia y luego a Roma».

Hoy te gustaría tener una moto más estructurada con una cilindrada superior a 125?
«Por supuesto, una bonita Ducati solo para mí, sin asiento de pasajero. Iría por ahí sin rumbo: me gusta la sensación del viento en la cara que te da la moto y la sensación de libertad. Me encantaría, pero primero Tengo que sacar mi licencia».



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