El ejército israelí admite que retrasó su entrada al kibutz mientras Hamás atacaba


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El ejército de Israel admitió que sus fuerzas demoraron varias horas en ingresar a un kibutz mientras militantes de Hamas arrasaban la comunidad el 7 de octubre, en su primera investigación sobre su propia conducta el día de los ataques.

Las Fuerzas de Defensa de Israel dijeron que sus tropas tardaron horas en llegar y en varios casos “se reunieron a la entrada del kibutz y no entraron en combate inmediato” mientras los militantes palestinos mataban a más de 100 de los 1.000 residentes y tomaban a otros 30 como rehenes en Gaza.

Los equipos de seguridad locales tuvieron que valerse por sí mismos frente a unos 340 combatientes de Hamas durante un total de siete horas después de la incursión inicial de Hamas a primera hora de la mañana y la toma del kibutz en el sur de Israel, afirmó.

El informe, dirigido por varios oficiales israelíes retirados, se centró exclusivamente en la respuesta militar al ataque de Hamás a Be’eri, una de las comunidades del sur de Israel más afectadas durante el asalto transfronterizo de Hamás que desencadenó la guerra en Gaza.

“Fuerzas armadas estaban esperando fuera del kibutz, mientras que dentro del mismo continuaba la matanza. Esta situación es extremadamente grave y no debe ocurrir”, concluyó en el informe Herzi Halevi, jefe del Estado Mayor del ejército israelí.

Algunas de las fuerzas no comprendieron “la gravedad de la situación” debido a la falta de inteligencia disponible y de mando y control efectivos por parte de oficiales superiores, añadió Halevi.

“Debemos dar una directiva clara: en tal situación, todas las fuerzas deben entrar en la zona de conflicto y hacer todo lo posible para detener la masacre de civiles”, escribió.

El ataque comenzó poco después de las 6.30 de la mañana, hora local, pero recién por la tarde las FDI asignaron a un oficial de alto rango, el general de brigada Barak Hiram, el mando general de la zona. Después de eso, unos 700 efectivos de seguridad israelíes comenzaron a retomar el control del kibutz y a evacuar a los residentes.

En total, 34 miembros del ejército murieron durante la batalla, mientras que Israel estima que unos 100 combatientes de Hamás perdieron la vida. El informe admitió que Israel tardó hasta la tarde siguiente, el 8 de octubre, en limpiar por completo la comunidad de combatientes de Hamás.

Un total de 11 residentes de Be’eri permanecen en cautiverio en Gaza.

En una conclusión que puede resultar controvertida entre los sobrevivientes de Be’eri, la investigación pareció absolver a Hiram de cualquier irregularidad después de ordenar a los tanques de las FDI que dispararan contra una casa donde militantes de Hamas tenían a 14 israelíes como rehenes.

Sólo dos de esos rehenes sobrevivieron al incidente. Más tarde, dijeron a la televisión israelí que creían que los proyectiles de los tanques de las FDI habían causado las muertes de israelíes, pero la investigación de las FDI rechazó esa afirmación.

“Parece que la mayoría de los rehenes fueron asesinados por los terroristas y que es necesario seguir realizando pruebas adicionales y examinar hallazgos adicionales tanto como sea posible”, señala el informe.

Dijo que los comandantes en el lugar, incluido Hiram, “tomaron decisiones profesionales y responsables” después de que los esfuerzos por negociar fracasaran y temían por las vidas de los rehenes.

La comunidad Be’eri dijo en un comunicado que acogía con satisfacción la investigación “exhaustiva” de las FDI, subrayando la importancia de que los militares asuman la responsabilidad “por el completo fracaso a la hora de protegernos y de pedir perdón por nuestra negligencia durante tantas horas en las que estuvimos bajo el ataque de un mal que no tiene igual”.

La comunidad exigió que el gobierno israelí forme una comisión de investigación estatal oficial para investigar todos los fallos antes y durante el 7 de octubre.

El primer ministro, Benjamin Netanyahu, se ha negado hasta ahora a tomar tal medida, aunque su ministro de Defensa, Yoav Gallant, dijo en un discurso el jueves que apoyaba la creación de dicha comisión.

En cambio, el ejército israelí ha iniciado sus propias investigaciones, y el informe de Be’eri es el primero en publicarse. La respuesta a la atrocidad de Be’eri se considera un microcosmos del colapso operativo y de inteligencia del sistema de seguridad israelí, y de su incapacidad para prepararse para un ataque a gran escala desde Gaza por parte de miles de combatientes de Hamás.

Halevi, el jefe militar, dijo que la investigación “ilustra claramente la magnitud del fracaso y la escala del desastre que sufrió los residentes del sur que defendieron a sus familias con sus cuerpos durante muchas horas mientras las FDI no estaban allí para protegerlos”.

Tres altos oficiales de las Fuerzas de Defensa de Israel, incluido el jefe de inteligencia militar, dimitieron debido a los fallos ocurridos el 7 de octubre, la peor pérdida de vidas en la historia de Israel.

Israel lanzó su ataque contra Gaza después del ataque de Hamas en octubre, durante el cual los militantes mataron a 1.200 personas y tomaron a unos 250 rehenes en total, según funcionarios israelíes. Un total de 116 israelíes y extranjeros permanecen en cautiverio.

La ofensiva de Israel ha matado a más de 38.000 personas, según las autoridades del territorio controlado por Hamás, y ha alimentado una catástrofe humanitaria en el enclave costero.



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