La factura energética se redujo un 42%. La desaceleración del gasto en gas pesa mucho


En la base hay una combinación de factores consistentes en un menor consumo de energía inducido por las condiciones climáticas favorables y el contexto macroeconómico de desaceleración, así como la caída de los precios. Resultado: la factura energética italiana, que cuantifica el equilibrio entre el gasto en energía importada y los ingresos por exportaciones, se situó en aproximadamente 66,5 mil millones en 2023, con una disminución de 47,8 mil millones respecto al año anterior. Cuando, bajo la presión del crecimiento de los precios del gas, el listón alcanzó el máximo histórico de 114,3 mil millones de euros. Se trata de un nivel superior al de los años inmediatamente anteriores (en 2021, debido al Covid, el gasto cayó a 23,4 mil millones) pero no muy diferente al valor de hace once años (64,9 mil millones). Y el menor desembolso para 2022 vino determinado, un 84%, por la reducción a la mitad de los costes ocasionados por el gas (-54% respecto a 2022 para los suministros desde el exterior) y la electricidad (-51% para las importaciones de otros países). Mientras que, de cara a 2024, las previsiones cuantifican el gasto a realizar para el suministro energético de la península en unos 56.000 millones (10.000 millones menos que 203).

Esta es la fotografía resumida ayer por Gianni Murano, presidente de la Unem (Unión de Energía para la Movilidad), durante la habitual reunión anual de la asociación que se desarrolló en presencia de los ministros de Medio Ambiente, Gilberto Pichetto Fratin, y de Empresa. Adolfo Urso. «El fuerte descenso del componente gasista, que pasó de 62 a 28,3 mil millones de euros, latró la contracción registrada en la factura energética. La factura del petróleo también fue menor y ascendió a 28,1 mil millones de euros, alrededor de 4,5 mil millones menos que en 2022 debido a la caída de los precios del petróleo». Esta tendencia, con un consumo que alcanzará los 53,2 millones de toneladas equivalentes de petróleo (Mtep) en 2023, un 1,4% menos que el año anterior, ha devuelto al petróleo a la cima de las fuentes de energía italianas después de 7 años de predominio del gas, con un peso en el total aumenta al 37 por ciento. En cuanto al gas, sin embargo, con un consumo equivalente a 50,3 millones de Mtep, se produjo una caída de más del 10% tras la contracción de todos los usos finales, en particular el civil (-9%). Traducido: Impacto del 35% en la combinación general y segunda fuente detrás del petróleo.

Murano explicó que el consumo de petróleo se vio sustentado, en particular, por las aportaciones de los productos para la movilidad por carretera y el transporte aéreo. «Es una tendencia confirmada en los primeros cinco meses de 2024 – añadió – con gasolina, diésel, GLP y turbosina que superaron los volúmenes del mismo período del año pasado en 756 mil toneladas (+5,1%) y en 313 mil toneladas. (+2,1%) los del periodo pandémico».

Los datos presentados ayer por la Unem indican un crecimiento del consumo de gasolina que, en 2023, aumentó más del 11% con respecto a 2019 (+830 mil toneladas). «Evidencia – aclaró el número uno de la Unem – de una recuperación progresiva del transporte privado que va acompañada de una penetración consolidada de la motorización híbrida, principalmente de gasolina, que hoy representa aproximadamente el 4% del parque en circulación y el 39% de los nuevos matriculados» .

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A continuación, la reunión anual ofreció a los responsables de la asociación la oportunidad de reiterar la receta que hay que seguir en el camino hacia la transición verde. Lo cual, para realizarse sin impactos particulares sobre la competitividad del sistema, requiere, explicó el ministro de Medio Ambiente, Gilberto Pichetto Fratin, «un enfoque realista y concreto basado en la neutralidad tecnológica». Una dirección que también comparte el presidente Murano, que insistió en la necesidad de «una pluralidad de soluciones para alcanzar el objetivo crucial del cero neto».



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