El trabajo inteligente y las semanas laborales cortas se perciben cada vez más como herramientas útiles para mejorar la calidad de vida, con beneficios para la gestión familiar, el cuidado de las personas mayores y la salud. Así lo destaca una encuesta realizada por la empresa NielsenIQ. La encuesta ofrece elementos de reflexión sobre el impacto social de la semana corta (cuatro días de trabajo a la semana), deseada por el 80% de los entrevistados. Aproximadamente la mitad de la muestra (48%) declara tener hijos. En la mayoría de los casos (66%) se gestionan de forma independiente o con la ayuda de los abuelos (24%), sólo el 11% depende de figuras externas como niñeras u otras figuras profesionales, con un gasto medio mensual de 115€. Tres de cada cuatro entrevistados creen que la semana corta puede generar beneficios, dando la posibilidad de gestionar a sus hijos con mayor autonomía.
Oportunidad de cuidar a familiares mayores con mayor autonomía
En cuanto al cuidado de familiares mayores o discapacitados, el 35% de los italianos dice que se hace cargo solo, frente al 65% que recurre a ayuda externa. En particular, quienes reciben apoyo dependen de otros miembros de la familia (42%), mientras que el 34% recurre a cuidadores, residencias de ancianos u otras formas de apoyo, con un coste de alrededor de 540 euros al mes. Para el 85% de los entrevistados ‘cuidadores’, la semana corta ofrece la oportunidad de cuidar a sus familiares con mayor autonomía.
Más tiempo para el bienestar personal
Para la atención domiciliaria, sólo el 13% de la muestra dice tener que recurrir a profesionales, gastando, de media, 107 euros al mes. También en este caso la semana corta se percibe como un apoyo válido, como afirma el 80% de los entrevistados. Además, tener un día libre extra le permitiría dedicar más tiempo al bienestar personal, especialmente a la actividad física (62%), pero también a los viajes y desplazamientos (54%).
Los compromisos a los que se está dispuesto
El deseo de adoptar la semana corta involucra a 4 de cada 5 entrevistados, de los cuales el 50% se define como “muy interesado”. Para lograr este beneficio, las compensaciones que los trabajadores probablemente aceptarán son una mayor flexibilidad en las horas de trabajo durante la semana laboral (52%), una mayor productividad durante los días laborales (47%) y menos descansos (45%). Sólo el 10% estaría dispuesto a aceptar una ligera reducción de salario.
Ventajas y cuestiones críticas
La semana corta se ve positivamente como una forma de aumentar la conciliación (72% de la muestra), la satisfacción personal (63%) y el tiempo de calidad para dedicar a familiares y amigos. Entre los aspectos críticos se enumeran el aumento de la carga de actividad durante la jornada laboral (51%), la mayor presión y estrés asociado a la consecución de objetivos (37%) y los problemas de coordinación (27%).