El jueves pasado, el guía urbano Pascal se sentó al borde del puente Bonifacius, en el centro de Brujas, para mostrar una lápida. En medio de su explicación, un hombre enmascarado de repente lo empuja al agua con ambas manos.
Esta puede haber sido una acción deliberada contra Pascal. Al fin y al cabo, no a todo el mundo le gusta el estilo teatral del holandés.
“Muchos guías simplemente caminan delante del grupo. Sólo estoy tratando de conectarme con la gente. La gente piensa que es genial que me siente en una pared. Algunas otras guías no lo harían. Pero mientras no me ponga en peligro a mí mismo ni a los demás… Es sólo una pared, no mobiliario urbano”, dijo Pascal.