Cuatro marcas de moda colombianas que muestran la rica artesanía del país

El Semana de la Moda de Bogotá en mayo ofreció una visión del talento de los diseñadores colombianos. Tanto en el Centro de Convenciones Ágora -que sirvió como escenario principal para reuniones de negocios, charlas y desfiles de moda- como en eventos paralelos, se resaltaron las raíces artesanales de Colombia y cómo los creadores de moda están reinventando sus influencias tradicionales.

En este contexto de fusión de tradición y vanguardia, los diseñadores locales presentaron creaciones innovadoras que no sólo reflejan la esencia de Bogotá, sino que también aportan frescura y diversidad a la escena de la moda global. FashionUnited ha reunido cuatro marcas de textil y complementos que se caracterizan no sólo por su originalidad, sino también por su historia y procesos.

Mujer sombrerera

En un mundo dominado por la producción en masa y la automatización, Woma Hatmakers celebra la artesanía y la tradición. La marca colombiana de sombreros ofrece piezas totalmente hechas a mano utilizando técnicas reconocidas por la UNESCO como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad. La marca trabaja con hasta 1.500 artesanos que producen utilizando métodos centenarios. Se utilizan materiales como la paja Mawisa procedente del desierto de La Guajira, la cual es procesada por el pueblo indígena Wayuu mediante métodos tradicionales.

Juliana Granados, diseñadora y propietaria de Woma, fundó la empresa tras especializarse en calzado y complementos y trabajar en la industria de la moda en España. Durante este tiempo, conoció de primera mano el impacto negativo de la industria, lo que la llevó a repensar su carrera profesional.

“Me horroricé por lo dañina y explotadora que es la moda para el medio ambiente. Sin embargo, rápidamente me di cuenta de que podía vestirme de una manera que mantuviera mis valores y mi pasión, y ese fue el catalizador de mi viaje hacia la moda sostenible y ética”.

Granados decidió diseñar una colección de sombreros que reflejara sus valores y pasión por la moda sostenible y ética. Este proyecto se convirtió en una colaboración continua con artesanos de pueblos colombianos que combinaron sus conocimientos con la estética del diseño contemporáneo para crear productos de lujo completamente hechos a mano.

“Colombia cuenta con una gran variedad de fibras naturales como el yute, cumare, toquilla, mawisa y maguey, las cuales son originarias de diferentes regiones. Estas fibras luego son tejidas, teñidas y bordadas a mano por artesanos que han preservado este conocimiento tradicional hasta el día de hoy”, dice Granados sobre los procesos.

Todos los productos de Woma Hatmakers vienen con certificados de origen y procesamiento que garantizan materiales sustentables y un salario justo para los artesanos. Además, la producción se limita para evitar la sobreproducción y garantizar condiciones de trabajo seguras en las comunidades artesanales.

Verdi

Verdi es un estudio textil colombiano que celebra las tradiciones creando artículos para el hogar, moda y arte contemporáneos, combinando fibras naturales con materiales como el cobre.

En el taller de Verdi podrás aprender cómo los artesanos tejen su producto principal, las ‘mochilas’ étnicas de Colombia: las bolsas con forma de saco han conservado su forma y nombre originales, pero los materiales y técnicas tradicionales se han renovado. Cada pieza es tejida y terminada por los artesanos en aproximadamente 15 días.

Los orígenes de la empresa, que cuenta con alrededor de 80 empleados, se remontan a 1995, donde todo empezó en las montañas de Colombia. Carlos Vera Dieppa, un pionero de la industria textil latinoamericana, trabajó con un tejedor local para desarrollar una técnica de tejido originalmente destinada a alfombras de fibra. Con el paso de los años, el proceso se perfeccionó aún más y, finalmente, sus hijos le agregaron hilos de metal. Tomaron el legado y lo continuaron bajo un nuevo concepto de marca que preserva la tradición artesanal y al mismo tiempo representa esencia, innovación y profundas raíces colombianas.

Verdi define a su público como “clásico, sofisticado y contemporáneo”, con “un estilo elegante, una vida social activa y presencia en los eventos más importantes de la industria cultural”. Según la empresa, los clientes valoran los procesos detrás de lo que consumen y la artesanía de los productos que utilizan, invirtiendo hasta $1.000 por pieza.

cubel

Bajo la dirección creativa del diseñador colombiano Humberto Cubides, Cubel representa la simbiosis entre el patrimonio cultural de Colombia y la estética urbana contemporánea.

La colaboración de Cubides con artistas y comunidades indígenas le ha dado una identidad de marca única. Es evidente en el uso de técnicas como la cestería en sus chaquetas o en siluetas que reflejan la influencia de culturas históricas y una visión de la moda neutral en cuanto al género.

La marca ha conseguido hacerse un hueco en eventos de renombre internacional como la Semana de la Moda de Nueva York y la Semana Internacional de la Moda de la Seda Tailandesa de Bangkok, consolidando así su presencia en el escenario internacional. La compañía colombiana se prepara para expandir su presencia a más mercados con su colección Otoño 2025 y presentó los resultados de su última colaboración con la marca minorista Seven Seven en vísperas de la Semana de la Moda de Bogotá. El micelio de estructura de hongo en crecimiento, similar a un hilo, y su poder regenerativo fueron la fuente de inspiración para la colaboración para crear una colección innovadora y significativa que se agotó rápidamente.

Para Cubides la esencia de la colección va más allá de la estética. “Este encuentro de los mundos de Cubel y Seven Seven es algo especial. “Logramos crear un concepto entre siluetas urbanas con estampados y detalles que recuerdan al micelio, resaltando las analogías entre estos seres del reino hongo y la humanidad, transmitiendo un mensaje de unidad y conexión”, dijo el director creativo.

Emi Díaz

Emi Díaz es el alma creativa detrás de la marca de joyería del mismo nombre que encarna las raíces del Caribe colombiano en sus piezas. Cada una de sus piezas está tejida a mano, piedra a piedra, en un juego de colores, matices y volúmenes inspirados en las profundidades del mar y materializados en forma de corales de todo tipo.

“Estudié y probé técnicas durante tres años. Aprendí a tejer mirando fotos en Pinterest sin ningún conocimiento previo ni siquiera saber los nombres de las piedras. Creo que esta forma de aprender me hizo diferente porque si hubiera tenido maestros mi estilo de tejer hubiera sido como el de todos”.

Aunque Díaz tiene una licenciatura en economía, su pasión por el arte y la moda la llevaron a explorar esta forma de arte única. Cada pieza de joyería de la marca refleja el tiempo y la dedicación invertida tanto en el diseño como en la elaboración artesanal de materiales de alta calidad como la plata y el oro de 24 quilates. Los precios se justifican por la atención al detalle y el proceso artesanal, que dura alrededor de dos semanas y media por pieza. Aunque este método de producción no es apto para la industrialización, el diseñador recientemente incorporó a otra persona a la producción.

El apoyo de la autoridad educativa colombiana, Servicio Nacional de Aprendizaje, ayudó a Díaz a avanzar en su proyecto proporcionándole capital inicial como parte de un proyecto para apoyar el talento emergente. Quiere seguir creciendo participando en eventos como Bogotá Fashion Week o la feria Expoartesanías, dirigiéndose a un público selecto que “aprecia la autenticidad y exclusividad” de su oferta.

Este artículo apareció originalmente en FashionUnited.es. Traducido y editado por Heide Halama.