Lo primero que ve un entrenador personal es un cuerpo con potencial. Él ve nuestro lado positivo, que quizás otros ya no noten.


Antonella Baccaro (foto de Carlo Furgeri Gilbert).

PAG¿Por qué los entrenadores personales son los galones del momento? Un tema general, bajo el cual espero que estés en este momento. Entonces, ¿por qué un varón musculoso y tatuado acabó coincidiendo con el mayor deseo femenino, como lo demuestran, de diversas formas, los casos de las señoras Blasi y Ramazzotti, y muchos otros que podría mencionar?

¿No fue siempre el alma la que quisimos cuidar cuando huimos de relaciones desgastadas e insatisfactorias? ¿Y no era el objetivo encontrar comprensión, consuelo y apoyo en otro tipo de varón? ¿Y por qué entonces? Cristiano Iovino (pt por Blasi) y no Paolo Crepet, por así decirlo?

Ojo, estamos hablando de relaciones sólidas y no de entretenimiento. Empezaré diciendo que no tengo nada en contra de los entrenadores personales, pero En esta locura repentina por ellos siento que hay algo que va más allá de la atracción física..

Entonces me comparo con un amigo: «Creo que te gusta el paciente porque ve en ti, ante todo, un conjunto de músculos con potencial». Rechazo la reacción instintiva de dejar inmediatamente de lado esta interpretación y tratar de profundizar más: “¿Quiere decir que ve el lado positivo de nosotros que, en promedio, los hombres ya no notan?“. Él confirma.

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Aunque, personalmente, que me pesen como un trozo de carne me deja perplejo, aunque pase ese tipo de pruebas. Me parece que el punto es otro. Y, si lo piensas bien, es algo que también puede surgir en la relación con fisioterapeutas u osteópatas: Confiamos nuestro cuerpo a estos extraños para que lo arreglen.les permitimos mirarlo y tocarlo asépticamente, pero entonces un cuerpo es un cuerpo.

“Lealtad” de Marco Missiroli (Einaudi).

Hay un gran libro de Marco Missiroli, Fidelidadque describe la relación entre la protagonista y su joven fisioterapeuta. Un cuerpo escondido, herido, humillado por años de falta de atención, reacciona al contacto profesional al principio de forma involuntaria, pero luego aparece una nueva conciencia. La de ser un cuerpo al que le gusta que lo toquen.

¿Quién había pensado más en eso? En la desafección lo primero que dejamos de lado es el cuerpo, luego todo lo demás. Pero cuando se vuelve a encender, el alma va tras él. Y es un poco como regresar al mundo.

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