Un ex psiquiatra infantil de 72 años ha sido apartado definitivamente de su profesión. Este hombre trabajó durante años en los departamentos de salud mental de Emmen, Meppel y Hoogeveen.
El hombre de Makkinga ha sido eliminado del registro BIG, según anunció hoy el consejo disciplinario regional. Sin registrarse en esta lista, las personas de setenta años ya no pueden ejercer su profesión de psiquiatra y psicoterapeuta.
El psiquiatra infantil fue sorprendido in fraganti en Nepal en 2018 en su habitación de hotel con un chico de 15 años del que abusó sexualmente. El hombre visitaba ese país con más frecuencia. Los investigadores locales de Terre des Hommes sospecharon que el hombre tenía relaciones sexuales con menores. Fue observado y finalmente capturado.
Desde 2005 hasta su jubilación a finales de 2017, este hombre trabajó a tiempo parcial como psiquiatra infantil y juvenil en departamentos de salud mental de Emmen, Meppel y Hoogeveen. Está inscrito en el registro BIG desde 1998. De 2008 a 2018, este hombre tuvo su propia consulta de psiquiatría infantil y juvenil.
Fue condenado a un año y seis meses de prisión por abuso sexual de menores y posesión de pornografía infantil en Nepal. Fue liberado nuevamente en 2020 y regresó a los Países Bajos.
La Inspección de Salud y Atención a la Juventud (IGJ) inició un expediente disciplinario para impedir que el hombre vuelva a trabajar como psiquiatra infantil. El caso se conoció el 31 de mayo en Zwolle. La IGJ no considera que la actuación de este prestador de salud sea de ninguna manera compatible con el deber de cuidado como profesional de la salud. Además, la inspección considera incorrecto que el hombre no hablara con nadie sobre esto durante el período en el que abusó de niños y no buscara ayuda.
El ex psiquiatra infantil sabía que este comportamiento era completamente inaceptable. Dijo que estaba luchando contra “fuerzas” que no podía resistir. Durante el proceso penal, al hombre le diagnosticaron pedofilia. Se estima que el riesgo de recurrencia es alto si vuelve a trabajar en el sector sanitario con menores.
Durante la audiencia de finales de mayo, el hombre afirmó que había dejado y nunca más volvería a tener contacto asistencial con menores. No confirmó esto más. No logró convencer a la IGJ ni al consejo disciplinario.
La única manera posible de garantizar la seguridad de los (menores) beneficiarios de cuidados es mantenerlos permanentemente fuera del registro BIG, dictaminó el consejo disciplinario.