Ahora es casi imposible imaginarlo, pero Max Verstappen alguna vez tuvo que convencer a los verdaderos expertos del automovilismo de su talento. Hace exactamente diez años, consiguió un contrato de Fórmula 1 durante un impresionante fin de semana en el Norisring alemán. Cómo una llamada telefónica temprana el lunes por la mañana cambió la vida del ahora tres veces campeón del mundo.
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