La invasión de Ucrania por parte de Rusia está obligando a la Unión Europea (UE) a acelerar su política energética y climática. El Kremlin utiliza cada vez más la energía como herramienta para ejercer influencia política. Es vital que privemos a Rusia de esta potencia al reducir drásticamente nuestra dependencia de las importaciones de combustibles fósiles de ese país.
Las razones geopolíticas de esta estrategia coinciden con la necesidad de hacer frente al cambio climático. En el informe más reciente del IPCC, el panel climático de la ONU, se subraya la urgencia de esa tarea† Las emisiones totales de gases de efecto invernadero no deben aumentar más a partir de 2025 si queremos evitar un aumento drástico de las temperaturas globales. Además, la transición a la energía limpia debe gestionarse con cuidado en toda la economía, teniendo en cuenta las inevitables consecuencias sociales y económicas; la transición debe ser ‘justa’.
Hidrógeno verde
La UE y el Banco Europeo de Inversiones desempeñan un papel crucial en esta transición. Las inversiones en energías renovables, eficiencia energética y tecnologías innovadoras como el hidrógeno verde son herramientas importantes para enfrentar la agresión rusa y liberar al planeta de los combustibles fósiles.
Cada euro que gastamos a nivel nacional en la transición energética es un euro que guardamos de un poder autoritario que libra una guerra de agresión. Cada euro que gastamos en energía limpia aumenta nuestra libertad de decisión. Cada euro que gastamos para ayudar a nuestros socios internacionales a cambiar más rápido a fuentes de energía alternativas es una inversión en resiliencia y en la lucha contra el cambio climático.
Eficiencia energética
Desde la invasión rusa, la UE ha acelerado sus planes de transición energética para acabar cuanto antes con la dependencia de Europa de las importaciones rusas de combustibles fósiles. Esto no sucederá de la noche a la mañana, pero los incentivos para esto son ahora más grandes que nunca antes. Podemos lograr la independencia energética mejorando la eficiencia energética, diversificando el suministro de fuentes de energía y aumentar la cuota de energías renovables. Este proceso requiere un compromiso a todos los niveles, desde los organismos supranacionales hasta los hogares y los ciudadanos individuales.
Sin embargo, debemos hacer dos advertencias importantes aquí. En primer lugar, la búsqueda de proveedores alternativos de gas natural, por urgente que sea a corto plazo, no debe crear una nueva dependencia a largo plazo que requiera grandes inversiones en infraestructura de combustibles fósiles. Eso sería costoso, desastroso para el planeta y, en última instancia, innecesario, dadas las opciones más conscientes del clima disponibles.
Muy concentrado
En segundo lugar, no debemos cambiar un cuello de botella por otro al pasar de una dependencia excesiva de los combustibles fósiles a una dependencia excesiva de las materias primas necesarias para la transición verde. Estos recursos están altamente concentrados en solo un puñado de países, no todos los cuales comparten los valores e intereses de la UE. Reforzar la autonomía estratégica y la resiliencia de la UE debe seguir siendo un objetivo clave de la transición.
Europa no puede hacer esto sola. Ganar la lucha contra el cambio climático y enfrentar la agresión rusa son desafíos globales que requieren una respuesta global. La guerra del presidente ruso, Vladimir Putin, ha agudizado aún más la lógica estratégica para que todos los países reduzcan sus importaciones de combustibles fósiles e inviertan más en soluciones energéticas respetuosas con el clima.
diplomacia climática
Por eso, la UE participa activamente en la diplomacia climática. Queremos animar a otros a ser más ambiciosos por el clima y hemos comprometido recursos significativos para trabajar con países socios para que ellos también puedan avanzar hacia una economía neutral climáticamente resiliente. A través del Pacto Verde Europeo y la nueva iniciativa Global Gateway de la UE, las instituciones europeas y los Estados miembros están movilizando hasta 300 000 millones de euros en inversiones en infraestructura verde y digital para hacer frente a las crisis climática, de biodiversidad y energética.
Además, el BEI se ha comprometido a apoyar 1 billón de euros en inversión en acción climática y sostenibilidad ambiental para 2030. A través de ‘EIB Global’, la nueva rama de desarrollo del BEI, el banco trabaja con socios de todo el mundo para movilizar financiación para proyectos de eficiencia energética, energía renovable y red eléctrica.
Energía solar
Como parte de los esfuerzos conjuntos del ‘Team Europe’, el BEI apoya la transición hacia la energía limpia en una variedad de áreas. Estos proyectos van desde invertir en energía solar en Senegal hasta financiar jardines de infancia más eficientes energéticamente en Armenia. El banco también ha contribuido al establecimiento de una ‘asociación de transición energética justa’ con Sudáfrica; ha apoyado a la Alianza Solar Internacional con sede en la India, que participa activamente en el desarrollo de la energía solar en 105 países tropicales; y participa en un programa integrado de gestión del agua y prevención de inundaciones en Argentina.
La UE está dispuesta a desempeñar su papel para lograr que la comunidad internacional sea independiente de los combustibles fósiles. La guerra de Rusia contra Ucrania no es razón para retrasar la inversión en acción climática. Por el contrario, más inversiones verdes nos darán más autonomía estratégica. Hacer que el mundo esté libre de fósiles se ha convertido en un imperativo geopolítico. Hacemos un llamado a nuestros socios globales en gobiernos e instituciones financieras internacionales para que se unan a nosotros para acelerar el financiamiento de energía limpia. Al luchar por la neutralidad climática, también podemos lograr la seguridad energética.
Josep Borrell es el Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y Vicepresidente de la Comisión Europea. werner hoyer es presidente del Banco Europeo de Inversiones.