El avión Boeing 737 MAX 9 de Alaska Airlines que perdió un panel de la puerta durante un vuelo a principios de enero estaba programado para un control de seguridad exhaustivo ese día. Los técnicos habían recomendado dejar el avión en tierra después de que una luz de advertencia parpadeara repetidamente. Sin embargo, Alaska Airlines decidió continuar con los tres vuelos programados con la aeronave el pasado 5 de enero, con todas las consecuencias que ello conlleva.
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