Ud.sin espacio para hablar, debatir y sensibilizar, abierto tanto a niñas como a niños, y gestionado por un equipo femenino. Se trata de Un lugar para mí, una mesa de escucha y educación de género abierta en el Instituto Superior Francesco La Cava de Bovalinopromovido por la asociación La crisis como oportunidaden colaboración con la asociación Scosse y el Centro de Estudios de la Mujer de la Universidad de Calabria.
«Antes de empezar con el pupitre, realizamos dos talleres sobre violencia de género en cuatro aulas del colegio, para sensibilizar a los estudiantes”, afirma Deborah Cartisano, representante de la oficina en Bovalino y activista antimafia. «Los talleres fueron realizados por la educadora y la psicóloga que manejan el escritorio, así los niños y niñas pudieron conocerlos. El pupitre, a diferencia de los laboratorios, está dirigido a toda la escuela. Entonces, antes de empezar, repartimos volantes y colgamos carteles para darlo a conocer entre los estudiantes.”
Después de las primeras semanas, los resultados de Un posto per me son positivos, aunque es demasiado pronto para hacer cálculos. El mostrador está abierto una vez a la semana durante dos horas, es anónimo y seguro, y cada uno puede acudir cuando y cuanto quiera, de forma espontánea, encontrando una acogida serena y sin prejuicios.. «Durante los talleres surgió en los niños un gran deseo de discutir cuestiones de género», continúa Cisticano. «Intentamos concienciarlos de los prejuicios, de los derechos negados a las mujeres, de todas las formas de violencia.
Educación de género: un proceso paso a paso
No es un camino fácil, especialmente en una realidad más compleja. «Bovalino está en la costa pero muchos estudiantes vienen de países del interior donde todavía hay un fuerte control sobre las mujeres. A algunas niñas no se les permite estudiar después de la secundaria, como máximo se les permite inscribirse en una universidad en línea.. Todavía sucede que las familias eligen al novio de su hija. Sin embargo, en el caso de los estudiantes varones, a las mujeres en el Sur no les va mal”.
Entonces, para hablar de educación de género es necesario “ir paso a paso”. No se puede entrar directamente, es difícil para las niñas y los niños abrirse.. Nuestro objetivo es brindar a las niñas las herramientas para comprender lo que deben esperar, y a los niños, herramientas que los ayuden a involucrarse en el cambio, para que todos vivan mejor”.
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