¿Espacio libre? Sí, nuestro reportero lo hizo, al igual que miles de flamencos. Acogió a tres refugiados ucranianos en su familia con plena convicción. “Volver a encarrilar tres vidas requiere sudor, lágrimas y mucha administración. Por suerte había pan de jengibre para untar… y sopa con eneldo”. Un diario.
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