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Stripe permitirá a sus empleados retirar alrededor de mil millones de dólares en acciones a una valoración un 30 por ciento más alta que el año pasado, mientras el grupo de procesamiento de pagos continúa posponiendo la salida a bolsa en medio de la incertidumbre en los mercados globales.
Los inversores, incluido el fondo de capital de crecimiento de Goldman Sachs y Sequoia Capital, adquirirán las acciones de los empleados como parte de una oferta pública de adquisición anunciada el miércoles. La venta también cuenta con el respaldo de una pequeña cantidad de capital del propio balance de Stripe.
El acuerdo valora a Stripe en 65.000 millones de dólares, cifra superior a su valoración de 50.000 millones de dólares de hace un año, pero muy por debajo de su valor máximo de 95.000 millones de dólares en 2021.
La empresa, que se disparó en los tiempos de bonanza, ahora se considera un referente del sector. El alcance de la caída de su valoración desde 2021 y la probabilidad de que retrase una oferta pública inicial hasta el próximo año ha marcado un marcador para otras empresas emergentes en etapa tardía que necesitarán recaudar fondos este año.
Stripe llevó a cabo una de las mayores ventas privadas de acciones en la historia de Estados Unidos el año pasado, aceptando un gran descuento para conseguir nuevos fondos. Recaudó 6.500 millones de dólares de inversores, entre ellos el Founders Fund de Peter Thiel, Thrive Capital de Josh Kushner y Andreessen Horowitz, lo que le permitió pagar miles de millones de dólares en obligaciones tributarias asociadas con las unidades accionarias de los empleados.
La última venta de acciones significa que el personal de Stripe puede acceder a liquidez a pesar del retraso de la compañía en realizar una oferta pública inicial que se discutió por primera vez hace años. Las cotizaciones públicas de empresas tecnológicas se han detenido en gran medida a medida que las valoraciones se han disparado y las tasas de interés han aumentado, alejando a los inversores de inversiones más riesgosas.
Una serie de grandes empresas tecnológicas privadas han cerrado acuerdos de compra de acciones para sus empleados en los últimos meses, entre ellas OpenAI, fabricante de ChatGPT, Canva, desarrollador de software de diseño, y SpaceX de Elon Musk.
“Estamos encantados de ofrecer una vez más a los empleados una oportunidad de liquidez”, afirmó el director financiero de Stripe, Steffan Tomlinson. “Nuestro negocio continúa experimentando un fuerte impulso con las empresas más avanzadas del mundo”.
Stripe, con sede en San Francisco y Dublín, fue la startup más elogiada de Silicon Valley, ya que aprovechó los mercados privados para asegurar inversiones de los principales fondos de riesgo. Ha estado ampliando su negocio principal de pagos desde empresas de tecnología como Shopify e Instacart hasta minoristas que han aumentado sus ventas en línea durante la pandemia, incluidos Best Buy y Zara.