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El multimillonario checo Daniel Křetínský abandonó sus planes de comprar una unidad de Atos, poniendo en peligro los últimos esfuerzos de la empresa francesa de TI para evitar procedimientos de insolvencia.
Atos dijo el miércoles que las conversaciones con EPEI, el vehículo de inversión de Křetínský, habían terminado sin llegar a un acuerdo sobre la compra de su división deficitaria, Tech Foundations.
Las dos partes habían llegado a un acuerdo en agosto bajo la presidencia anterior de Atos, pero en noviembre su sucesor, Jean-Pierre Mustier, ex director ejecutivo de UniCredit, intentó negociar un precio más alto.
“Las partes no han llegado a un acuerdo mutuamente satisfactorio”, dijo Atos en un comunicado. Los representantes de Křetínský declinaron hacer comentarios.
Atos ha nombrado un mediador para ayudar a ampliar y refinanciar los préstamos tras varios intentos de recuperación. Las agencias de calificación crediticia han rebajado la deuda del grupo a la categoría de basura y han advertido de su escasa liquidez en medio de un alto gasto de efectivo.
Las acciones de Atos cayeron hasta un 5 por ciento en las primeras operaciones antes de recuperarse hasta alcanzar un valor de mercado de 258,76 millones de euros. Las acciones de la empresa han caído más del 90 por ciento en los últimos tres años, durante los cuales la empresa ha pasado por varios directores ejecutivos.
Atos se enfrenta a reembolsos de una deuda de 3.650 millones de euros antes de finales de 2025 (que ha estado tratando de aplazar hasta 2028 en conversaciones con sus prestamistas bancarios) y está quemando efectivo rápidamente. La compañía informó un flujo de caja libre negativo de 1.000 millones de euros el año pasado, más de cinco veces mayor que en 2022, mientras que la deuda neta ascendió a 2.230 millones de euros, ya que retrasó la presentación de sus resultados anuales completos hasta el 20 de marzo.
Según varias personas conocedoras de la situación, las conversaciones con Křetínský estaban estancadas desde hacía semanas y hasta ahora ninguna de las partes estaba dispuesta a ser la primera en retirarse.
Las negociaciones con los prestamistas están teniendo problemas antes de su inicio oficial. Crédit Agricole, uno de sus mayores acreedores, se ha abstenido de refinanciar la empresa, según informó el Financial Times.
A medida que aumentaron las preocupaciones sobre la carga de la deuda en Atos y el acuerdo con Křetínský se agrió, Mustier ha explorado otras opciones iniciando conversaciones con Airbus para vender la preciada unidad de big data y ciberseguridad de la compañía, BDS, por hasta 1.800 millones de euros. Sin embargo, podría tomar tiempo cerrar un acuerdo.
Otros tenedores de deuda están cada vez más preocupados de que puedan resultar perjudicados en el proceso, según personas con conocimiento de la situación, mientras que los fondos en dificultades, incluido Attestor, han estado dando vueltas a la situación.