Justo cuando Fenneke y Marc pensaban que la vida les volvía a sonreír, la pareja volvió a enfrentarse a enormes contratiempos. La casa de sus sueños se convirtió en una pesadilla, como vieron los espectadores de Help: ¡mi marido es un manitas! Lunes por la tarde. La pareja se vio obligada a pedir prestado unos 150.000 euros a familiares y amigos. “Tantas cosas salieron mal que parecía una puesta en escena”.
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