El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, está proponiendo una revisión radical del aparato electoral del país, en una medida que, según los analistas, dañaría la democracia y le daría a su partido un mayor control del sistema de votación.
El proyecto de reforma constitucional propuesto, que se enviará al Congreso el jueves, disolvería el Instituto Nacional Electoral (INE) del país, que supervisa la realización de las elecciones. Si se aprueba el proyecto de ley, el INE sería reemplazado por un organismo de elección directa menos bien financiado.
El presidente también quiere recortar el financiamiento público a los partidos políticos y flexibilizar las reglas de propaganda electoral, en medidas que, según los críticos, probablemente beneficiarán a su partido, Morena.
Desde que fue elegido en 2018, los críticos de López Obrador han temido que se mueva para tratar de permanecer en el cargo más allá del límite de seis años o concentrar el poder, aunque el popular presidente ha dicho que dejará el cargo en 2024.
“Está buscando asegurarse de que no tenga que pasarle la banda presidencial a un presidente de la oposición”, dijo Arturo Sarukhán, ex embajador de México en EE. UU.
Los analistas creen que es poco probable que la reforma, que también reduce el número de legisladores federales y locales, se apruebe en su forma actual, pero es una señal de lo que el presidente podría intentar lograr a través de otros medios, como presupuestos, nombramientos y legislación secundaria.
El partido del presidente y sus socios de coalición tienen mayorías en ambas cámaras del congreso y Morena está en camino de tener más de la mitad de las gobernaciones regionales para fin de año.
“No hay intención de imponer un solo partido. Lo que queremos es que haya una auténtica, verdadera democracia en el país y acabar con el fraude electoral”, dijo López Obrador el jueves.
México tuvo un gobierno de partido único durante más de 70 años antes de que el opositor Partido Acción Nacional (PAN) ganara en 2000. La credibilidad del INE ha tardado décadas en construirse y ahora es uno de los instituciones más confiables del paíssegún el organismo gubernamental de estadísticas INEGI.
Las críticas de López Obrador a la autoridad electoral se remontan a las elecciones presidenciales de 2006, cuando perdió por poco y afirmó que hubo fraude.
Al presentar la reforma a los medios, el gobierno afirmó que generaría más de $1 mil millones en ahorros que podrían gastarse en programas sociales e infraestructura.
Según la propuesta, el INE sería reemplazado por el Instituto Nacional de Elecciones y Consultas (INEC). Los miembros de la junta y los magistrados de los tribunales electorales serían elegidos por voto popular.
La oposición de México ha dicho que la preferencia del presidente por la democracia directa, incluido un referéndum revocatorio reciente sobre su cargo, beneficia al titular y le permite reforzar su voluntad a través de votos de baja participación.
El proyecto de ley llega en un momento tenso en la política mexicana, una semana después de que los legisladores rechazaran una polémica propuesta de reforma energética que preocupaba al sector privado y al gobierno de Estados Unidos. Morena ha amenazado con denunciar penalmente a los diputados opositores que votaron en contra.
Información adicional de Michael Stott en Londres