El presidente ruso Putin ha hecho lo que nadie esperaba: usa el arma del gas contra Europa. El miércoles, Gazprom cortó el suministro a Polonia y Bulgaria, ya que estos países se negaron a liquidar en rublos, como había exigido recientemente. Pero, ¿qué quiere lograr Putin con su acción? ¿Y a quién le duele? Especialmente él mismo, como se desprende de un análisis de de Volkskrant.
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