La trágica muerte de un gamberro en Bolonia. Que gamberro no era


Los infames aficionados ingleses fueron la pesadilla de Italia 90. Cada ciudad tenía un plan para contenerlos. Pero esa noche en Bolonia es John quien huye para salvar el pellejo sin conseguirlo. Lo pintaron como un alborotador, pero…

Es la noche del 23 al 24 de junio de 1990, estamos en Bolonia, en la zona de la estación, a pocos minutos del centro histórico. Un hombre huye corriendo, vestido con unos vaqueros y una camiseta. Es verano y a pesar de lo tarde que es (son las dos y media) todavía hay alguien por ahí. El hombre corre a una velocidad vertiginosa sin una dirección precisa, entra en una calle, sale a una plaza, intenta entrar en un vestíbulo para refugiarse. Tiene miedo, el corazón le late en el pecho como un tambor. Entonces sale del vestíbulo de entrada del edificio y empieza a correr de nuevo. No conoce la ciudad, llegó hace un par de días. Lo persiguen, son dos, uno le ha arrojado un trozo de botella, otro en cierto momento ha desenvainado un hacha. Ahora los dos están detrás de él. Es una cacería en toda regla. El hombre se siente perseguido, mira hacia atrás, los dos están muy cerca, puede escuchar sus gritos. Intenta recordar mentalmente lo que le pasó, pero no encuentra la paz. Estaba con un amigo, estaban en un bar del centro, caminaban y se perdieron. Se detuvieron para pedir información a dos chicos sentados en una furgoneta, una Fiorino blanca. Con ellos va una chica, con toda probabilidad prostituta, como descubrirán más tarde los investigadores. Pero comprendió enseguida que tenían aire de alborotadores, que sólo esperaban un pretexto. El hombre y su amigo fueron traicionados por su acento extranjero, se pronunciaron demasiadas palabras, insultos y vulgaridades, los dos italianos intercambiaron una rápida mirada y luego comenzó el asalto. Le apuntaron. Y lo obligaron a escapar. El hombre está pensando en esto cuando escucha a los dos a unos pasos de distancia, por lo que de repente cambia de dirección y cruza la calle de repente. Se encuentra entre via Milazzo y via Amendola. No se da cuenta de que viene en dirección contraria un coche conducido por un hombre que no tiene nada que ver con todo el asunto. El impacto es terrible, el hombre golpea el capó, cae al suelo y se golpea la cabeza. Y en un instante desciende un silencio fúnebre. El hombre se llama David John Monaghan, es inglés, tiene 26 años, es de Coventry, trabaja como carpintero, está casado, tiene una hija recién nacida, de sólo cuatro meses. Llega la ambulancia, David John acaba en el hospital, primero en el «Maggiore» y luego urgentemente en el «Bellaria». Lo operan, pero el trauma en su cabeza es profundo. David John Monaghan muere pocas horas después del accidente, el lunes 25 de junio. Vino a Italia para seguir a su selección, Inglaterra, implicada en el Mundial de Italia 90. El Inglaterra-Bélgica está previsto para los octavos de final en el estadio Dall’Ara de Bolonia el 26 de junio.



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