A los niños italianos pronto ya no se les dará automáticamente el nombre del padre, dictaminó el Tribunal Constitucional.
Hasta ahora, la regla en Italia era que a un recién nacido se le da el nombre del padre cuando reconoce al niño. A pedido común también es posible agregar el nombre de la madre para que el niño tenga un nombre doble, pero el nombre de la madre viene después del del padre.
Además, después del matrimonio, las mujeres mantienen sus propios nombres, lo que significa que en la mayoría de los casos las madres italianas tienen nombres diferentes a los de sus hijos. Sin embargo, según el Tribunal, esta norma jurídica no se ajusta a los artículos de la Constitución italiana y del Convenio Europeo de Derechos Humanos.
Pronto, los padres deberían tener la libertad de decidir si dan a sus hijos el apellido del padre, el de la madre o un apellido doble, dijeron los jueces. Llamaron a los políticos a actuar. Un borrador de dicha ley ya está sobre la mesa en el Parlamento. Si los padres no registran explícitamente un apellido, el niño recibirá automáticamente un doble nombre y, por lo tanto, ya no será el nombre del padre.
Los defensores de un cambio en la ley hablan de un “fallo histórico”, una “pequeña revolución” y un paso más hacia la igualdad de derechos entre hombres y mujeres.
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