La policía arrestó a una mujer brasileña con hasta 130 ranas venenosas en su equipaje en el aeropuerto de Bogotá en Colombia. Según la policía, cada una de las ranas vale unos 1.000 dólares (unos 922 euros).
Los animales se encontraban en muy malas condiciones, según la policía colombiana. Estaban completamente deshidratados y estresados. La mujer brasileña, que viajaba a São Paulo vía Panamá, dijo que había recibido las ranas como regalo de una comunidad local en el sur de Colombia.
Su equipaje contenía ranas arlequín, también conocidas como ranas venenosas, en pequeños rollos de película. Los animales son un poco más pequeños que la uña de un pulgar y se reconocen por sus colores brillantes. A pesar de su tamaño, las ranas son muy peligrosas: las glándulas de su piel producen veneno. El veneno se utiliza a menudo como mecanismo de defensa para protegerse de posibles amenazas.
Las ranas arlequín, que están en peligro de extinción, viven a lo largo de la costa del Pacífico entre Ecuador y Colombia y en otros países de Centro y Sudamérica. El tráfico de vida silvestre es común en Colombia y por extensión en toda América Latina debido a su rica biodiversidad. Según la policía colombiana, cada rana vale unos 1.000 dólares (aproximadamente 922 euros).
Una multa por posesión de un animal salvaje puede ascender a 56 millones de pesos colombianos (aproximadamente 13.000 euros).
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