El título es ItaliAfrica pero el objetivo de Giorgia Meloni es transformarlo en EuropAfrica. Y esto ya se puede entender consultando la lista de participantes en la cumbre que se celebrará el lunes en la Cámara del Senado. Junto a los 25 Jefes de Estado y de Gobierno, los 11 Ministros de Asuntos Exteriores, los representantes de la Unión Africana y de diversas organizaciones de las Naciones Unidas, también están los dirigentes europeos, en particular la Presidenta del Parlamento, Roberta Metsola, el Presidente del Consejo Europeo, Charles Michel y, por supuesto, Ursula von der Leyen, la presidenta de la Comisión Europea, candidata a un nuevo mandato en la legislatura que se abrirá en Bruselas tras la votación del 8 y 9 de junio.
De hecho, la implicación de Europa es decisiva para la primera ministra, que desde su llegada al Palacio Chigi ha trabajado para sensibilizar en Bruselas sobre un nuevo enfoque “equitativo y no depredador” hacia África del que depende también la solución de la cuestión de los inmigrantes. El tiempo también adquiere un valor. La cumbre, que comienza con una cena oficial en el Quirinal, es el primer evento internacional que se celebra en Italia desde el inicio de la presidencia del G7, durante el cual Meloni quiere centrar la atención en la relación con África y la migración.
Hacia el Consejo Europeo
No solo. Esta reunión de dos días en Roma se acerca al Consejo Europeo extraordinario del próximo jueves convocado para decidir sobre la revisión del marco financiero europeo dentro del cual no sólo se asignarán recursos a Ucrania sino también a los inmigrantes. En particular para fortalecer la llamada dimensión exterior o relaciones con los países de origen y tránsito. Nada se da por sentado y las negociaciones continúan para superar la resistencia de los frugales. Von der Leyen le dio su apoyo. Lo cual no es sorprendente dadas las excelentes relaciones entre Meloni y el presidente de la Comisión, que en varias ocasiones apoyó las iniciativas del primer ministro italiano.
Un ejemplo de ello es, sobre todo, la firma del memorando con el presidente tunecino, Kais Saied, el pasado mes de julio. Un acuerdo que, en realidad, hasta ahora ha avanzado poco hacia las posteriores reflexiones de Saied, que estará presente en la cumbre de mañana. Y entre los participantes se encuentra también Kristalina Georgieva, directora del Fondo Monetario Internacional, que desempeña un papel central en la financiación de países en dificultades que a menudo no pueden activarse por incumplimiento de las condiciones impuestas por el FMI (véase Túnez).
Apoyo estratégico europeo
Sin Europa y sin la contribución de las instituciones financieras y los 7 grandes, el Plan corre el riesgo de quedar incompleto. Italia está dispuesta a hacer su parte – anticipó la Primera Ministra durante su discurso en la Conferencia sobre el Clima de Dubai celebrada en diciembre – asignando “una parte extremadamente significativa del Fondo Italiano para el Clima – cuya dotación total es de 4 mil millones de euros – a las naciones más vulnerables en África, para iniciativas destinadas a mitigar y adaptarse al cambio climático”. En resumen, se confirmaría una inversión de entre 2.500 y 3.000 millones de dólares.