Primero enferma gravemente y, mientras se recupera, los ladrones vacían su casa. Willemke Beens (70), de Genemuiden, ha tenido mejores días. Pero gracias a dos chicos desconocidos de Heino que encontraron una «caja del tesoro» en una zanja cerca de su casa, una pequeña luz vuelve a brillar. «Su actuación no tiene precio», dice su hija Marrieke Last.
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