Debido a un error cometido en uno de los departamentos de máxima seguridad de la prisión de Krimpen aan den IJssel, un detenido pudo realizar llamadas ilimitadas y sin control al mundo exterior. Se trataba de un sospechoso en riesgo de fuga, vinculado a la red de Ridouan Taghi y por ello había sido puesto en un régimen penitenciario extra estricto. Así se desprende de documentos que ha tenido conocimiento de este periódico.
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