El Flixbus iba de Lille a Bruselas. Una pasajera notificó a la policía después de escuchar a algunos compañeros de viaje hablar de haber cometido un ataque. El autobús fue desviado hacia el puesto de tráfico de la policía de carreteras de Wetteren. Las tres personas que presuntamente hablaron de un ataque fueron arrestadas para ser interrogadas.
El autobús fue controlado desde el exterior y todos los ocupantes, 46 personas, incluido el conductor, fueron bajados uno por uno con las manos en alto. Luego se registró el interior del vehículo con dos perros antiexplosivos y también se revisó el equipaje, pero el barrido fue negativo.
El autobús con los pasajeros, excepto los sospechosos detenidos, pudo partir hacia Bruselas poco después de las 17.00 horas. «No está claro si se trata de una amenaza real», afirma la portavoz de la fiscalía, Lisa De Wilde. “Eso tendrá que quedar claro en los interrogatorios de los sospechosos y otras actividades de investigación. No hemos corrido ningún riesgo y todo se está investigando a fondo”.
Aún no se ha publicado información sobre las identidades de los tres sospechosos. La policía judicial federal los está interrogando exhaustivamente, pero afirman que se trata de un malentendido. «La policía y la fiscalía siempre toman muy en serio estas denuncias y llevan a cabo investigaciones exhaustivas para no correr riesgos y no dejar nada al azar», afirmó la fiscalía en un comunicado de prensa. “No se encontraron armas ni explosivos. El Servicio de Atención a las Víctimas llegó al lugar para recibir y apoyar a los pasajeros”.