Cuando Paul McCartney y su familia se hicieron vegetarianos en la década de 1960, todavía eran una clara minoría. Las cosas son un poco diferentes hoy y la lucha por la visibilidad también ha cambiado. La conciencia del Beatle de llevar una dieta completamente basada en plantas también surgió de un interés espiritual después de conversaciones con músicos indios, especialmente Ravi Shankar. Macca ahora también apuesta por un estilo de vida vegano.
Su legado culinario, por así decirlo, ahora lo continúa su hija biológica mayor, Mary McCartney. La fotógrafa y conocida chef televisiva tiene con “Feeding Creativity” (Mary McCartney. Feeding Creativity, BOLSAS, 280 páginas, 40 euros) produce un volumen encantador y apetitoso que se puede contemplar en varias dimensiones más allá de su atractiva presentación. Combina fotografía y comida con gran desenfado, enriquecida con 60 de sus recetas favoritas para todas las ocasiones, momentos del día y estados de ánimo. Las instrucciones de preparación están descritas con mucho detalle y no deberían avergonzar ni siquiera a los chefs aficionados.
Un libro de cocina para amigos y familiares.
Pero en realidad el libro ofrece un valor añadido al acercar las sabrosas comidas a familiares y numerosos amigos destacados. McCartney los sorprende en sus casas o, en el caso de algunos músicos y artistas, en el estudio o estudio, les prepara la comida y se asegura de que les guste.
El título revela aquí toda su ambigüedad: no es sólo un “libro de cocina para amigos y familiares” (qué suerte tener todas estas mentes talentosas entre tus seres queridos y luego poder acogerlos), sino que también está escrito con una light pen Un llamamiento a la importancia de la buena alimentación para el proceso de creación creativa.
A Nile Rodgers le sirven un asado y una ensalada de tostadas en los Abbey Road Studios, y HAIM se sorprende con un entrante de alcachofas inteligentemente preparado. Muchos platos son engañosamente simples: después de un día estresante de filmación, Cate Blanchett disfruta de una sopa de tomate supuestamente sencilla pero reconfortante (McCartney: “Mi comida reconfortante favorita”).
La acusación de pornografía gastronómica puede descartarse aquí, las imágenes de la comida están creadas con gran atención al detalle y sin pretensiones. Las imágenes pretenden hacer que quieras preparar algo, en lugar de señalar su éxito absoluto. El aspecto social de la comida está en primer plano, por lo que los lugares donde se come la comida son tan importantes como las muchas celebridades que la comen.
El resultado es un libro de visitas de cocina libre de cualquier rigor dogmático con respecto a la composición básica vegetariana, que atrae a los lectores de obras artísticas de este género, ya que alude a los habituales reflejos del comportamiento gastronómico en las redes sociales. Una celebración de la convivencia y las opciones culinarias.