En las empresas de calefacción holandesas hay mucha actividad. El frío hace que las calderas de calefacción central funcionen a máxima velocidad, lo que genera problemas, especialmente en las calderas antiguas. Los instaladores están trabajando horas extras para ayudar a los clientes que pasan frío.
«El número de informes de fallos entre los instaladores está aumentando rápidamente», afirma Doekle Terpstra, presidente de la organización empresarial Techniek Nederland. «A menudo se trata de calderas de calefacción central que han tenido poco o ningún mantenimiento o de calderas de calefacción central más antiguas que, en realidad, ya necesitan ser reemplazadas».
Debido al frío, los instaladores no sólo se enfrentan a calderas averiadas, sino a veces también a situaciones peligrosas. Según Techniek Nederland, a veces la gente hace locuras para protegerse del frío, como cerrar los orificios de ventilación. Esto pone en peligro la vida, porque entonces existe un mayor riesgo de intoxicación por monóxido de carbono. Especialmente en combinación con un géiser o un calentador de gas.
Para garantizar que su caldera pueda soportar los días fríos, es importante que la revise periódicamente. «Y en caso de heladas, no ajuste el termostato a menos de 17 grados», aconseja Terpstra. Así la casa alcanzará más rápidamente una temperatura agradable por la mañana y la caldera no tendrá que trabajar tanto.
Además, es importante abrir siempre ligeramente los radiadores. De esta forma las tuberías no se congelan.