Al parecer, un agente secreto holandés jugó un papel crucial en una espectacular operación de sabotaje contra el programa nuclear iraní. El holandés introdujo de contrabando un potente virus informático en el complejo nuclear iraní de Natanz, fuertemente vigilado, donde el virus causó inmensos daños. Sorprendente: el servicio de inteligencia holandés AIVD ni siquiera sabía que fue su agente quien asestó este poderoso golpe en 2007. La política holandesa tampoco, informa De Volkskrant basándose en su propia investigación. Los estadounidenses parecen haber jugado un partido notable.
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