Cuando el bombero Mark Dooren, comandante en Amsterdam Nieuw-West, está apagando un incendio durante la víspera de Año Nuevo, le arrojan fuegos artificiales. El camión de bomberos está siendo atacado por todos lados, lo que hace que el equipo incluso tenga que dejar de apagar el fuego por un tiempo. “Me sentí inseguro”, reflexiona ahora Mark, “porque realmente lo sentí como un ataque a nosotros mismos”.
Cuando Dooren y su equipo se acercan a un contenedor incendiado y salen del camión de bomberos, las cosas suceden rápidamente: “Inmediatamente nos alcanzaron los proyectiles”. Desde el otro lado de la calle, en un porche, un grupo de jóvenes lanza fuegos artificiales al coche.
Los informes de los bomberos durante la Nochevieja han disminuido de 172 a 146 en dos años El número de incidentes violentos contra trabajadores humanitarios ha aumentado este año. a 12 incidentes violentos. Dooren recuerda una experiencia insegura. “También da un sabor amargo que esa es la mentalidad que existe entre los jóvenes”.
“Los fuegos artificiales deberían ser bonitos, pero ahora se utilizan como arma”
El equipo decide marcharse: “Nuestra seguridad es lo primero”, afirma Dooren. Se llama a la policía, que primero debe determinar que la situación es segura antes de que el camión de bomberos pueda regresar y detener el incendio del contenedor.
Una cuestión de mentalidad
Ahora, unos días después, Dooren recuerda la experiencia: “Pensé: ¿qué están haciendo aquí, qué inspira a estas personas? Venimos a brindar ayuda y luego se hace algo como esto. Los fuegos artificiales deben ser hermosos. Debes ser poder disfrutar y ahora se está utilizando como arma”.
En el caso de este incendio, las consecuencias son menores, pero según Dooren también podrían ser diferentes: “Un incidente puede ser mayor y puede haber víctimas porque dura más”. Le entristece que los servicios de emergencia, incluidos los bomberos y la policía, puedan hacer menos trabajo porque tienen que estar alerta ante este tipo de situaciones y ayudarse mutuamente en caso de incidentes.
Dooren teme por el próximo Año Nuevo: “Trabajo y me preocupa lo que sucederá después. Creo que es una cuestión de mentalidad y eso ha cambiado en la sociedad. ¿Cómo podemos cambiar eso? No tengo idea, pero eso “Tenemos que darle la vuelta a esto, es algo que es seguro”. Espera que los padres sigan hablando con sus hijos sobre este tipo de incidentes y el peligro que representan.
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