El gobierno estadounidense anunció el miércoles que ha enviado por el momento el último paquete de su ayuda militar a Ucrania. El Congreso debe ahora decidir si continúa apoyando la lucha de Ucrania contra la invasión rusa y si vuelve a asignar dinero para ayuda militar. Antony Blinken, el secretario de Estado de Estados Unidos, dice a través de X que seguirá instando al Congreso a “actuar rápidamente”.
La Casa Blanca advirtió previamente que los fondos para Kiev “se agotarían antes de fin de año”. Ayer Estados Unidos anunció que el último resto del paquete de ayuda previamente aprobado fue transferido a Ucrania.
Se trata de un paquete valorado en 250 millones de dólares (225 millones de euros), que proporciona a Ucrania, entre otras cosas, armas antiaéreas, municiones y armas antitanques. Esta ayuda consumirá todo el dinero aprobado previamente por el Congreso. Según el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, es «absolutamente necesario» que el Congreso actúe lo antes posible para aprobar un nuevo paquete de ayuda.
“Este año anunciamos el paquete final de armas y equipos en el contexto de retiradas anteriores en apoyo al pueblo ucraniano. Seguimos instando al Congreso a actuar rápidamente para promover nuestros intereses de seguridad nacional ayudando a Ucrania a defenderse”, dijo Blinken en una respuesta en X, anteriormente Twitter.
Las negociaciones entre republicanos y demócratas se han estancado, lo que ha provocado que se retrase la ayuda adicional a Ucrania. Ucrania ha advertido anteriormente que no puede luchar contra Rusia sin más apoyo de Occidente. El Kremlin, a su vez, ha estado contando con la disminución del apoyo occidental como clave para una eventual victoria en Ucrania.
El hecho de que el Congreso no haya aprobado nuevos fondos es una nueva decepción para el presidente ucraniano Volodymyr Zelenksy, tras el fracaso de la contraofensiva de Kiev el verano pasado y un nuevo ataque de las fuerzas rusas.
Los republicanos están tomando la iniciativa en bloquear el esfuerzo, negándose a aprobar nuevos gastos presupuestarios si los demócratas no acuerdan primero nuevas medidas amplias y duras contra la migración ilegal en la frontera sur de Estados Unidos.
El Congreso de Estados Unidos se reunirá nuevamente el 8 de enero.
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