Justo estábamos pensando que habíamos entendido TikTok cuando aparece alguien como Íñigo Quintero.
Cada vez que crees haber comprendido cómo las canciones del portal de vídeos TikTok se convierten en éxitos, un nuevo incidente extraño destruye el bonito conjunto de reglas que habías establecido como usuario no habitual. Supuestos previos: Tiene que haber una escena de baile llamativa que anime a los usuarios de TikTok a realizar los llamados desafíos, como el vídeo de la canción de Lizzo “About Damn Time”.
O un motivo fuerte como “Flowers” de Miley Cyrus, el éxito del verano con la afirmación “Puedo comprarme flores”, que atrajo a miles y miles de personas a publicar vídeos de ellos mismos, obviamente, comprando flores. O, también bueno: escribes canciones que ya están adaptadas al funcionamiento de TikTok, como las piezas breves y fugaces del músico británico PinkPantheress, ideales para acompañar fragmentos de vídeo cortos.
Un artista como una pared blanca sobre la que proyectar el propio dolor y los anhelos.
Crees que lo tienes todo resuelto y entonces llega alguien como el cantante español Íñigo Quintero y ya no queda nada claro. Su canción “Si No Estás” ha provocado un loco triunfo en TikTok: la pieza de piano sobre el anhelo de amor no solo llegó al número uno de las listas de singles alemanas, sino también al top 10 del Billboard Global 200 y al top de Las listas globales de Spotify muestran a una persona ausente, posiblemente siempre ausente. Los fanáticos elogian la profundidad de la canción, pero al escucharla por primera vez pasa como un recuerdo fugaz de mil pistas de radio conmovedoras.
¿Quizás la Generación Z está feliz de escuchar una canción viral que no los alienta a comprar o crear collages de baile cuestionables? Antes de que los intentos de explicación se compliquen más en este punto, coincidamos en una cosa: el atractivo de Quintero también puede deberse a su anonimato. Hasta el momento poco más se sabe de él aparte de que viene de A Coruña y está asombrado de su éxito. Un artista como una pared blanca sobre la que puedes proyectar tu propio dolor y tus anhelos: ciertamente también puedes añorar eso.
Esta columna apareció por primera vez en el número 1/2024 de Musikexpress.