Con el “respeto” como base, CD&V se encamina hacia las elecciones. Con uno de sus testaferros. El incendio de Hilde Crevits (56), que ha vuelto tras un chapuzón, está lejos de extinguirse. Esto se hace evidente cuando habla de Bart De Wever, del cuidado de los niños, de la reencarnación de Jean-Luc Dehaene… Y resplandece con una felicidad de abuela: “Cómo el mayor salta a mis brazos y me llama ‘abuela'”.
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