El presidente de la cumbre sobre el clima de Dubái publicó el miércoles por la mañana un texto final previsto. Contiene un lenguaje más contundente sobre el cese de los combustibles fósiles, pero deja la puerta abierta al uso del almacenamiento de CO2 y del gas natural como “combustible de transición”.
La nueva propuesta se discutió a puerta cerrada durante 36 horas. Aún no está claro si todos los países apoyarán el compromiso.
El texto no menciona una eliminación total (reducir progresivamente) de los combustibles fósiles, como quería la UE, sino de una “transición lejos de los combustibles fósiles en el sistema energético”. Esta última incorporación mantiene la puerta abierta a las materias primas fósiles en el sector químico. La transición debería conducir a emisiones netas cero alrededor de 2050, afirma la propuesta.
Para conseguirlo se recomiendan una serie de técnicas sostenibles que es necesario seguir desarrollando rápidamente. Se trata de energías renovables procedentes del sol y del viento, pero también de la energía nuclear y del uso de combustibles fósiles en combinación con el almacenamiento de CO2. Esta última opción es “particularmente” para sectores donde es difícil reducir las emisiones.
Si bien una propuesta anterior presentaba un “menú” de medidas climáticas que los países podrían adoptar de forma voluntaria, ahora se describen las medidas que se necesitan en todo el mundo. Se pide a los países que contribuyan a ello de una “manera determinada a nivel nacional”. Eso sigue siendo voluntario.
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El Día de la Tierra sigue siendo un ‘combustible de transición’
De manera controvertida, según el texto, todavía hay espacio para “combustibles de transición” que proporcionen seguridad energética. Se trata de una referencia al uso de gas natural, al que no se le vincula ninguna fecha de finalización. Será un trago amargo para la UE.
Se pide a los países que tripliquen la cantidad de energía renovable para 2030 y aumenten la eficiencia energética dos veces más rápido. También debe haber más coches eléctricos e híbridos rápidamente y los países deben trabajar en combustibles sostenibles.
El texto intenta lograr un equilibrio entre los deseos de los bloques de países con grandes ambiciones climáticas, como la UE, y los bloques que dependen de los combustibles fósiles para sus ingresos. En el medio hay muchos países en desarrollo que quieren volverse ecológicos, pero no tienen el dinero para ello.
El borrador del texto afirma que es necesario hacer mucho más para ayudar a los países pobres en la transición. Pero todavía no se ha hecho ningún compromiso concreto. Además, los países ricos son elogiados por sus esfuerzos para ayudar a los países pobres. La pregunta es si los países más pobres aceptarán ese texto.
‘Luz de esperanza’
Las primeras reacciones de las organizaciones ecologistas son cautelosamente positivas. “Hay otro rayo de esperanza en el horizonte”, afirma Maarten de Zeeuw, de Greenpeace. Melanie Robinson, del grupo de expertos WRI, dice que el texto “marcaría una diferencia dramática en la lucha contra el cambio climático”. Según ella, también “resistiría la inmensa presión de la industria del petróleo y del gas”.
Todos los países se reunirán en una reunión plenaria el miércoles por la mañana. Quedará claro si hay apoyo para la propuesta. El texto sólo podrá adoptarse si existe un apoyo unánime.