Al menos el 40% de los que piden ser visitados en las salas de urgencia, que están abarrotadas especialmente durante las vacaciones de Navidad con picos de gripe, caen en los casos menos graves, código blanco o verde. La telemedicina o el diagnóstico telefónico podrían reducir los ingresos, los tiempos de espera y el estrés en las estructuras. Los cálculos son fáciles de hacer, teniendo en cuenta que las visitas a las urgencias italianas rondan los 20 millones al año. Si la cifra se redujera aunque fuera a la mitad, el escenario sería diferente.
Especialmente para las estructuras que han pasado y, tal vez, olvidado, la ardua resistencia de los años de Covid, están regresando este año a cifras elevadas. Con más de un agravante: por un lado, menos personal y de mayor edad, una población también destinada al envejecimiento, aumento de los problemas sociales ligados a los problemas de salud; por el otro, usuarios cada vez más “impacientes” en la era ágil y digital. Así los describe el informe Lops, la red sobre gestión de urgencias liderada por la Universidad Bocconi, que también presentó sus cifras a la Comisión de Asuntos Sociales de la Cámara.
La media italiana es de 340 visitas a urgencias por cada mil habitantes. A la cabeza del ranking se encuentra la provincia de Bolzano, con 496, seguida de Emilia-Romaña (407), Véneto (401), Liguria (8.398) y Toscana (393). En Lombardía los accesos son unos 353, en Lacio 303. Calabria (269) y Cerdeña (261) cierran la cola. Cifras que la pandemia había reducido notablemente y que ahora vuelven a la normalidad. Con colas y esperas que provocan que el sistema se vuelva loco y pongan a prueba tanto a médicos, enfermeras como a pacientes. “La tasa de acceso aumenta con la usabilidad percibida del servicio y se reduce en presencia de una mayor tasa de uso de respuestas alternativas, como las guardias médicas”, explica Lorenzo Fench, gerente del Lops. En otras palabras, cuanto mejor funcionan las salas de urgencias, más concurridas estarán, especialmente si no hay alternativas.
Los demás en Europa
Un mal que no sólo nos concierne a nosotros. Gran Bretaña sufre desde hace años una falta crónica de médicos, hasta el punto de que muchos proceden de Italia. Francia ha visto crecer las cifras con el recorte de la sanidad pública, que sigue siendo superior al italiano, al igual que España. A Alemania le está yendo mejor, ya que se ha centrado en los centros ambulatorios de emergencia para reducir la presión sobre los hospitales.