La temperatura ambiente promedio afecta el volumen en el que hablamos. En general, los idiomas de las regiones más cálidas son más ruidosos que los de las zonas más frías, según muestra una nueva investigación sobre idiomas.
El lenguaje hablado se transmite a través del aire en forma de ondas sonoras. Por tanto, las propiedades del aire que nos rodea influyen en nuestra forma de hablar y oír.
«Por un lado, la sequedad del aire frío supone un desafío para la producción de sonidos. Esto requiere vibraciones de las cuerdas vocales. Por otro lado, el aire caliente tiende a restringir los sonidos, lo que hace que el sonido llegue menos lejos», explican los investigadores. .investigadores.
Empezamos a hablar más alto porque el alcance del sonido es menor en el aire caliente. Así se desprende de una investigación realizada por lingüistas de todo el mundo y publicada el martes en la revista científica. Nexo PNAS ha sido publicado.
En Norteamérica hablan más suave.
Los idiomas que se hablan más cerca del ecuador tienen un alcance menor que los idiomas que se hablan más lejos del ecuador. Muchas lenguas africanas son similares a las lenguas de Australia y Nueva Zelanda.
Las lenguas salish, un grupo de 23 lenguas habladas en el noroeste de América del Norte, tienen la gama más amplia. Por lo tanto, los hablantes de estas lenguas hablan en promedio más suavemente que las personas que hablan otras lenguas.
«Existe una clara relación entre la amplitud del ruido y la temperatura media anual», escribe el investigador principal Søren Wichmann.
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La temperatura influye en el lenguaje a lo largo del tiempo.
Sin embargo, según los científicos, existen algunas excepciones. Algunas lenguas de América Central y el sudeste asiático se transmiten a grandes distancias, aunque se hablan en zonas muy cálidas. Según los investigadores, de esto se puede concluir que el efecto de la temperatura sobre la gama de sonidos del lenguaje se desarrolla durante un período de tiempo más largo.
El estudio utilizó una gran base de datos para probar la influencia del clima en el volumen del lenguaje. Esa base de datos contiene el vocabulario básico de 5.293 idiomas y está en constante ampliación.
Esta investigación es importante para conocer mejor las diferentes sociedades y, por ejemplo, aprender más sobre la migración. “Si las lenguas se adaptan a sus entornos en un proceso lento que lleva miles de años, también contienen pistas sobre el entorno de las lenguas predecesoras”, explica Wichmann. Luego, los científicos pueden reconstruir procesos pasados basándose en el lenguaje.