Brechas crecientes del PIB a la educación: más desigualdades entre la primera y la última


La brecha entre la primera y la última provincia clasificada en la encuesta de Calidad de Vida ha aumentado progresivamente en los últimos cinco años: la distancia en 2019 equivalía al 30% del puntaje alcanzado, como promedio de los 90 indicadores examinados, por la provincia. ganador ganador; en 2023 esta brecha se elevó al 34%, ampliando la brecha entre los niveles de bienestar de la población medidos en los territorios que se encuentran en los extremos del ranking.

En la práctica, la calidad de vida está cada vez más polarizada entre quienes están mejor y peor, ampliando la brecha en las condiciones de vida y habitabilidad entre los territorios que conforman nuestro país.

Las causas de la ampliación de la brecha

Cabe recordar que la puntuación obtenida en la encuesta Sole 24 Ore realizada por las provincias italianas resume los resultados en 90 indicadores diferentes, que no siempre son homogéneos de un año a otro debido a la necesidad de actualizar y seleccionar parámetros vinculados a la actualidad. Sin embargo, el índice final, calculado cada año con los mismos métodos, bien puede representar la tendencia actual: el empeoramiento de las desigualdades geográficas, generacionales, de género, económicas, etc. La pandemia, las emergencias climáticas (olas de calor, sequías, inundaciones), el contexto internacional agravado por las guerras, el shock energético y la inflación han recompuesto las cartas y ha aumentado la distancia entre los territorios más habitables y los menos habitables.

En la zona “media” del ranking muchas cosas han cambiado y son muchas las provincias que han invertido el rumbo del bienestar (tanto para bien como para mal, subiendo o bajando posiciones) debido a los cambios en marcha. Mientras tanto, sin embargo, es precisamente la distancia entre los territorios más habitables y los menos habitables lo que ha aumentado.

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Se amplía la brecha de riqueza, disminuye la brecha de depósitos

Esto puede verse muy claramente si se observan, en particular, algunos indicadores -utilizados cada año en la encuesta- que componen el ranking en la categoría “Riqueza y consumo” o en “Demografía, salud y sociedad”. La brecha del PIB per cápita entre la primera y la última provincia clasificada desde 2019 hasta hoy -según las estimaciones de Prometeia para 2023- ha aumentado un 0,66%, no poco si consideramos que en conjunto en 2022 el PIB per cápita ha crecido en promedio anual. de aproximadamente el 3% en nuestro país. En detalle, hoy se espera que la diferencia entre los datos de Milán (a la cabeza) y los de Agrigento sea de unos 42.000 euros per cápita: la provincia menos productiva, en la práctica, tiene una cifra equivalente a 16.200 euros per cápita, el 72,6%. inferior al primer lugar. En 2019, cuando las mismas dos provincias ocupaban siempre los extremos del ranking vinculado al PIB per cápita, la distancia entre los polos era de 35.700 euros, equivalente al 71,9% de la cifra de Milán. En resumen, ha aumentado la desigualdad entre las provincias más ricas y las más pobres. De manera similar, aunque más ligeramente, debido al auge de la liquidez en las cuentas corrientes, la brecha en los depósitos bancarios de los hogares se amplió un 0,14% en cinco años: esta brecha, que en 2022 había alcanzado el 69% entre la primera y la última provincia clasificada, en 2023 se redujo al 67,8 por ciento.



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