El gobierno flamenco obliga a las personas que llevan dos años o más sin trabajo y reciben prestaciones a realizar servicios comunitarios. Se trata, por ejemplo, del apoyo en eventos, del servicio ecológico o en las escuelas. Debería aumentar las posibilidades de un nuevo trabajo.
Pero el plan parece tener poco éxito, al menos en toda Flandes: actualmente sólo cinco personas están en ese proceso. En Ostende es un éxito: tres de cada cinco trabajan allí.