La cosecha de remolacha nunca ha sido tan emocionante como hoy para Roel Duursma de Barger-Compascuum. Durante el trabajo recibió en su cosechadora un objeto del tamaño de una remolacha, pero que al final resultó ser completamente diferente. Se dice que es una bomba de fósforo, probablemente de la Segunda Guerra Mundial.
La policía recibió la noticia de un incendio en un vehículo agrícola y se dirigió rápidamente al Verlengde Oosterdiep en Barger-Compascuum. Allí vieron salir humo del vehículo, tras lo cual resultó que humeaba un posible artefacto explosivo. Poco después se decidió llamar al Servicio de Eliminación de Artillería Explosiva (EOD) de Defensa.
Duursma primero tomó sus propias medidas y sacó un extintor para extinguir las llamas y el humo. “Pero fue un poco más difícil de lo esperado”, afirma Duursma. Cuando finalmente el EOD le dijo que se trataba de un explosivo, se quedó de pie y observó por un momento.
“Nunca había experimentado esto antes. Tuve suerte de que no explotara”. Después de que el EOD llegó al lugar, no se tomaron medidas a medias. La bomba fue detonada en tierra, lo que permitió a Duursma concentrarse nuevamente en su trabajo. Esperan regresar a tierra mañana.