Cada diez días nace en Bélgica un niño con fibrosis quística o, para abreviar, mucosidad. En total, se trata de unos 1.400 pacientes en nuestro país. Sufren infecciones respiratorias recurrentes que reducen irremediablemente su capacidad pulmonar, dolores de estómago durante la digestión y, a menudo, también enfermedades hepáticas o diabetes. A pesar de los importantes avances en el tratamiento de las últimas décadas, la enfermedad sigue siendo potencialmente mortal e incurable.
Según la Asociación de Mucosidades, los investigadores belgas se han ganado una buena reputación en la investigación de las causas, la progresión y los posibles tratamientos de la enfermedad. Por tercera vez, el Fondo Forton y Mucovereniging dan un impulso financiero a esta investigación.
Un jurado seleccionó ocho proyectos para recibir parte del dinero. Dos estudios estudian el comportamiento de las bacterias en los pulmones de personas con fibrosis quística y dos más analizan los propios pulmones, desde los cilios hasta el estrechamiento de las vías respiratorias. Otros proyectos quieren optimizar los moduladores CTRF, que ya mejoran enormemente la calidad de vida de los pacientes con fibrosis quística. El resto de grupos se centran en los cambios en el sistema inmunológico de los pacientes.