“Marcus entrenó con las botas que usó Lilian en la final de 2006.” Gilles Bibé, coordinador del Athletic Club, explica cómo se formó el jugador del Inter: “Ya estaba proyectado hacia el profesionalismo, decidía los partidos él solo”
El ABC del fútbol dice: la genética no basta. Para Marcus Thuram, una Lilian detrás de él no es suficiente. También hace falta algo más para convertirse en un delantero capaz de hacerse cargo del Inter a pocos meses de llegar -con un par de años de retraso- a Milán. El ABC de Marcus es Acbb: cambia poco. Significa Athletic Club de Boulogne-Billancourt, eje fundamental en el crecimiento del joven Thuram, un adolescente prometedor con un ADN de prestigio, sí, pero también con muchas ganas de trabajar duro. Un bienio, 2010/12, que marcó la carrera del actual número 9 nerazzurri, antes de su paso a la cantera del Sochaux, equipo con el que luego debutaría profesionalmente, en la Ligue 2, en 2015. Lilian siempre a su lado: padre y consejero, amigo y guía, arquitecto en la construcción del futuro de su hijo.