El gobernador conservador Ron DeSantis está descontento de que el director ejecutivo de Disney, Bob Chapek, se haya pronunciado abiertamente en contra de una ley que prohíbe la enseñanza de la orientación sexual y la identidad de género en las escuelas primarias. Los opositores describen la ley como la ley ‘No digas gay’.
El estatus especial se le otorgó a Disney durante la construcción del complejo Disney World en la década de 1960. Le da al gigante del entretenimiento una gran autonomía de gestión local y exime al parque de la mayoría de las regulaciones gubernamentales.
“Disney no menciona la dictadura en China porque costaría miles de millones de dólares. Pero no tiene problema en usar su poder corporativo para mentir sobre leyes aprobadas democráticamente”, dijo recientemente el senador republicano Marco Rubio.