360.000 reservistas ya han sido llamados a las armas en Israel. Las universidades permanecen cerradas porque el 30 por ciento de sus estudiantes tuvieron que ir al ejército. Es lógico que haya descontento porque el hijo mayor del primer ministro elude su deber cívico. Siempre es muy franco y constantemente avergüenza a su padre, que no es el hombre más tranquilo. Independientemente de si habla sobre el Islam o si lo escuchan en un club de striptease. “Me avergüenza que alguna vez hayamos sido pareja”, declaró incluso su novia más conocida.
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