“Después de casi treinta años desde la primera publicación del Informe, se puede decir que el fenómeno de la pobreza está completamente trastornado en términos de cifras y perfiles sociales. Hay más de 5 millones 674 mil personas en pobreza absoluta (+357 mil con respecto a 2021), lo que equivale al 9,7% de la población: uno de cada diez habitantes hoy no tiene acceso a un nivel de vida digno. Ahora es un fenómeno estructural y ya no residual como lo era en el pasado”. son los datos de Informe Cáritas 2023 sobre pobreza y exclusión social en Italia bajo el título “Todo que perder”, presentado esta mañana con vistas a la VII Jornada Mundial de los Pobres el 19 de noviembre.
“En 2022, sólo en los centros de escucha y servicios informáticos (un total de 2.855), se atendió y atendió a 255.957 personas. En general, los centros de escucha y los servicios de Cáritas apoyaron al 11,7% de las familias en pobreza absoluta durante el año. En conjunto, el peso de los extranjeros entre los beneficiarios se sitúa en el 59,6%, con picos que alcanzan el 68,5% y el 66,4% en el Noroeste y el Noreste. La edad media es de 53 años para los italianos y de 40 años para los extranjeros”.
Emergencias: mal trabajo y facturas de energía
El tema central de esta edición, explica el propio Informe, está dedicado “al fenómeno de la ‘Trabajando poco’, es decir, aquellas situaciones de pobreza personal y familiar, en las que no falta trabajo, pero los ingresos no son suficientes para una vida digna”. A continuación, el Informe destaca la nueva realidad de “pobreza energética”: “en 2022, el 19,1% de los beneficiarios de Cáritas recibieron un subsidio económico; de los más de 86 mil subsidios económicos proporcionados por la red Cáritas en 2022, el 45% fueron para cubrir las ‘necesidades energéticas’, es decir, las facturas”.
Al revisar los datos se desprende que: “Las personas de ciudadanía extranjera están predominantemente casadas. Los clientes italianos, por otro lado, parecen estar divididos entre casados, solteros, separados/divorciados; entre ellos, por tanto, el estado de pobreza parece estar altamente correlacionado con formas de fragilidad familiar. En este sentido, se confirma la existencia de ‘eventos de inflexión’ que pueden marcar cursos de vida e historias individuales, contribuyendo al deslizamiento hacia una condición de vulnerabilidad social. Entre los hechos que se están produciendo está convertirse en padres: dos tercios de los usuarios tienen hijos (65,6%) y entre ellos el 80% vive con hijos menores. Esto significa que aproximadamente el 52% de las personas que acuden a la red de Cáritas tienen hijos menores de edad”.
Baja educación y fragilidad ocupacional
“Un factor que la mayoría de los usuarios tienen en común – continúa el Informe – es el bajo nivel de educación (el 66,5% de ellos tiene como máximo un título de escuela secundaria inferior) y la fragilidad del empleo. Esto último se expresa principalmente en condiciones de desempleo (48%) y ‘trabajo deficiente’ (22,8%)”. “En lo que respecta a la historia de la asistencia – continúa – hay una fuerte heterogeneidad en los casos seguidos. Junto a las nuevas formas de pobreza, que representan el 45,3% del total, hay una gran parte de personas que han sido seguidas durante más tiempo y que luchan por recuperarse: el 21% han sido seguidas durante 1-2 años, el 9,3% % durante 3-4 años, 24,4% durante cinco años y más. Por lo tanto, existe una base de pobreza crónica entre los que reciben asistencia.”