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“Serás olvidado por tu empresa, pero nunca serás olvidado por tu cónyuge e hijos”.
“Esta es una lección que mi papá aprendió de la manera más difícil. Pasó más de 20 años trabajando casi seis días a la semana en este lugar, apenas tenía tiempo para ir a eventos a menos que fueran fuera de horario y apenas se tomaba un día libre excepto para unas vacaciones una vez cada dos años, incluso iba a las fiestas familiares de su jefe y era amistoso con él.
A la primera oportunidad que tuvieron cuando todo salió mal, lo despidieron. Ahora, lamenta todas las excursiones que pudo haber acompañado, todas las vacaciones que pudo haber tomado y, en general, todo el tiempo que pudo haber pasado con su familia que nunca pasó porque el trabajo era importante para él. No dejes que las empresas se aprovechen de tu tiempo; es una de las pocas cosas que no puedes recuperar.”