WeWork, el favorito del mercado de valores, se declara en quiebra después de miles de millones de pérdidas, las oficinas permanecen abiertas


Dos empleados de WeWork abrieron una sucursal en Londres en marzo del año pasado, cuando ya se estaban formando nubes oscuras sobre la empresa.Imagen Richard Baker / Getty

La quiebra de WeWork es el colofón provisional de una caída lenta y espectacular. En Bolsa, la empresa sólo vale 50 millones de dólares (algo menos de 47 millones de euros). Alguna vez estuvo valorado en 47 mil millones de dólares.

Al presentar las últimas cifras trimestrales en agosto, la dirección ya dejó entrever que su supervivencia pendía de un hilo. Sufrió otra pérdida importante, esta vez de 400 millones, y WeWork vio a sus inquilinos salir por la puerta trasera en masa. Las pérdidas en el primer semestre del año ya ascendieron a más de mil millones.

Una reprogramación de la deuda a principios de este año no pareció surtir efecto. Su mayor accionista, el megainversor japonés Softbank, tenía un derecho de mil millones convertido en acciones, que apenas valían nada en ese momento, pero quedaba una gran cantidad de préstamos.

Al declararse en quiebra, WeWork queda temporalmente libre de sus acreedores. En un comunicado, el director ejecutivo, David Tolley, dijo que la protección permitirá a la empresa «racionalizar aún más su cartera de alquiler de oficinas comerciales mientras se centra en la continuidad del negocio».

Cerveza de barril

WeWork, fundada por el empresario israelí-estadounidense Adam Neumann, alquila espacios de oficina donde individuos y empresas pueden alquilar y compartir espacio. A finales de 2022, la compañía todavía contaba con más de 770 locales de este tipo, con cerveza de barril aquí y allá, que eran utilizados por 547 mil clientes en ese momento.

Las cosas salieron mal cuando Neumann solicitó cotizar en bolsa en agosto de 2019 y los inversores no parecían desbordar entusiasmo. Para entonces, el precio de las acciones de WeWork se había reducido como un globo que se queda sin aire. La oferta pública inicial se pospuso y Neumann fue despedido por sus accionistas con una suma de salida de 1.780 millones, aunque siguió trabajando en su empresa como asesor.

A todos los problemas se sumó la epidemia del coronavirus, cuando los inquilinos se quedaron en casa y las modernas oficinas quedaron vacías. La OPI que finalmente tuvo lugar en 2021 fue un fracaso. La compañía nunca ha conseguido cerrar un trimestre con beneficios.

Neumann dijo la semana pasada que lamentaba la desaparición de WeWork. “Ha sido un desafío para mí observar desde 2019 cómo WeWork no ha logrado capitalizar un producto que hoy es más relevante que nunca”, dijo el ex director ejecutivo. «Creo que una reorganización, con la estrategia adecuada y el equipo adecuado, permitirá a WeWork tener éxito».



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