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Israel mantendrá un control indefinido sobre Gaza para garantizar su propia seguridad, dijo el primer ministro Benjamín Netanyahu, en el primer indicio de los planes del país para el enclave palestino después de su guerra con Hamás.
La Franja de Gaza debería ser gobernada por «aquellos que no quieren continuar el camino de Hamás», dijo Netanyahu a ABC News, sin aclarar si eso incluía un rival del grupo armado, la Autoridad Palestina o una fuerza internacional.
«Creo que Israel, por un período indefinido, tendrá la responsabilidad general de la seguridad porque hemos visto lo que sucede cuando no la tenemos», dijo.
Sus comentarios son la primera confirmación del papel que Israel pretende desempeñar en Gaza después de una guerra que, según advirtió, podría tardar meses en derrotar a Hamás. La semana pasada, los diplomáticos árabes desestimaron los esfuerzos de Estados Unidos, encabezados por el secretario de Estado Antony Blinken, para conseguir apoyo regional para la Autoridad Palestina, rival de Hamás, por considerarlos prematuros. La Autoridad Palestina fue expulsada de Gaza en 2007 tras perder las elecciones ante Hamás.
Israel ha bloqueado la franja durante más de una década, buscando debilitar a Hamás. Ahora, un mes después de una guerra prolongada en la que más de 10.000 palestinos han muerto por los bombardeos aéreos de Israel, según funcionarios de salud locales, su ejército está inmerso en una lucha por la ciudad de Gaza, la base norte del poder político y militar de Hamás.
Netanyahu declaró la guerra a Hamas el 7 de octubre, después de que la incursión transfronteriza del grupo matara a más de 1.400 personas dentro de Israel, según el gobierno. Netanyahu dijo a ABC que estaría a favor de pausas tácticas, especialmente para ayudar a liberar a algunos de los 242 rehenes retenidos por Hamas, pero rechazó el alto el fuego más amplio exigido por los líderes árabes, la ONU y otras organizaciones internacionales.
«En cuanto a pequeñas pausas tácticas, una hora aquí, una hora allá, las hemos tenido antes», dijo. «Comprobaremos las circunstancias para permitir que entren bienes, bienes humanitarios, o que nuestros rehenes, rehenes individuales, salgan».
En una llamada telefónica el lunes, el presidente estadounidense, Joe Biden, presionó a Netanyahu para que aceptara “pausas locales temporales”, dijo John Kirby, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos.
«Esto sigue siendo algo que estamos discutiendo activamente con nuestros homólogos israelíes y nos consideramos al principio de esta conversación, no al final», dijo Kirby. La administración estadounidense no apoya un alto el fuego total, que, según afirma, sólo dará tiempo a Hamás para reagruparse.
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Israel ha restringido estrictamente la entrada de ayuda humanitaria a Gaza, desde más de 400 camiones por día antes de la guerra a unas pocas docenas por día. Los observadores internacionales han advertido que estas restricciones están profundizando una crisis humanitaria, después de que Israel dijera a más de 1 millón de habitantes de Gaza que abandonaran la parte norte del enclave cercado y se dirigieran al sur.
A poco más de 500 camiones se les ha permitido cruzar a Israel desde Egipto desde el comienzo de la guerra, y está previsto que otros 75 crucen el lunes, según una evaluación militar israelí.
Los diplomáticos también han estado corriendo para garantizar que el cruce de Rafah con Egipto permanezca abierto para los extranjeros que intentan huir de la guerra, pero los desacuerdos entre Israel, Egipto y Hamás sobre a quién se le permitirá salir han interrumpido el proceso. Un ataque aéreo israelí contra un convoy de ambulancias que se dirigía a Rafah, el único cruce no controlado por Israel, también ha provocado retrasos. Israel dijo que una de las ambulancias llevaba a un militante de Hamas.