Por Sabine Klier
Necesitas mucha pasión por el trabajo en la panadería. Aquí hace años que hay escasez de personal. Sabine Klier, editora de BZ, cree que este honorable oficio merece más atención y, sobre todo, una remuneración.
¿Eres de esas personas que van temprano a la panadería a comprar panecillos recién hechos? ¿O eres un goloso que se da un capricho con un trozo de tarta por la tarde?
Estos se han convertido ahora en auténticos artículos de lujo: los precios han aumentado un 20 por ciento desde el año pasado. En cualquier caso, la calidad no se ha visto perjudicada si se compra al gremio tradicional de panaderos y pasteleros. La buena calidad, formada por años de experiencia, tiene su precio: las personas que la producen a mano deben ser recompensadas en consecuencia.
El trabajo en la panadería no tiene realmente un horario atractivo. Para los panaderos y pasteleros, el programa de acción suele comenzar por la noche. Esto requiere mucha pasión por el oficio. Esta industria también sufre de escasez de personal.
Cada vez menos personas eligen la formación. Cuatro oficiales recién titulados mostraron al BZ con gran alegría y habilidad lo que les habían enseñado durante su aprendizaje. Esto no era sólo una artesanía sólida, era un gran arte de repostería.