Son 2.760 millones los que el decreto de anticipos libera de las cuentas de 2024 para abrir espacio de maniobra. Pero las cifras de efectivo generadas por la provisión son mucho mayores y llegan a poco menos de 28 mil millones de euros.
La mayor parte, también en este caso, procede del Superbonus. Porque «para completar las normas contables del presupuesto del Estado de las subvenciones a las primas de construcción», es decir, para compensar los efectos de tesorería producidos por la avalancha de subvenciones, el fondo para la Superbonus ha aumentado en 15 mil millones: tener Otra medida de la multiplicación de los costes generados por el bono, conviene volver al calendario original del fondo construido por el decreto de “relanzamiento” de 2020, que introdujo el superdescuento y que para este año tenía previstos menos de 3 mil millones (2.935, para ser precisos).
La intervención es la consecuencia final del déficit adicional certificado por NaDef como el impacto de los descuentos fiscales en la construcción. Como es inevitable, la recaudación de semejante cantidad actúa de forma generalizada. Y pasa por la desfinanciación de 3,13 mil millones de una serie de programas ministeriales, 2,775 mil millones de las cuentas de tesorería de CDP y 2,53 mil millones del «Patrimonio Destinado», el maxifondo creado nuevamente por el decreto de Relanzamiento para el apoyo a las empresas con volumen de negocios. de más de 50 millones con intervención estatal directa. Pero también 350 millones acaban en la pesca no utilizados en el fondo único de subsidio, y la misma cantidad que, por tanto, para este año elimina el fondo de invalidez, creado por el presupuesto para 2020, aumentó con respecto a 2022, pero evidentemente no se utilizó. Otros 258 millones proceden de los ingresos residuales de los ciudadanos y 200 del fondo de compensación de infraestructuras que, según las intenciones del federalismo fiscal, debería haber compensado los retrasos en la provisión del Sur.
Junto a esta especie de río Spoon de programas de gasto que no lograron dar los resultados deseados, el decreto abre otras 4 mil millones de necesidades este año para un nuevo aplazamiento, hasta finales de 2024, de la venta del gas comprado de emergencia por el GSE en mayo de 2022 (cuando los precios eran mucho más altos).
En el texto final hay algunos cambios respecto a las normas circuladas en los últimos días. Los ajustes de las pensiones se pagarán en diciembre, no en noviembre, habrá un mes adicional para que los servicios sociales se ocupen de los antiguos ciudadanos que tienen ingresos, mientras que el fondo para la acogida de refugiados de Ucrania se reducirá a la mitad, hasta 46,859 millones.